Conexión Ganadera y el Cacique Cepé
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Por el Lic. Fabián Bochia
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fbochia@laprensa.com.uy

En la década de los ochenta el programa de radio más escuchado en la noche montevideana, encima en una radio top como CX 20 Radio Montecarlo, era El Tren De la Noche que conducía el periodista y locutor De los Santos. Publicitar allí era difícil por los costos ya que se llegaba a todo el mundo de la noche, a los serenos, policía, gente de la salud, y todos aquellos que no dormían; en la capital y buena parte del país escuchaban Radio Montecarlo. Bueno, allí puso publicidad el Cacique Cepé, a la postre un delincuente que vino de Ecuador con pociones y yuyos mágicos que decía curaba casi todos los problemas que azotaban a la gente. El famoso Cacique alquiló un apartamento en el centro de Montevideo, zona del Cordón, Colonia casi Tristán Narvaja, cerca del BPS, de la Avenida Daniel Fernández Crespo, a una cuadra de 18 de Julio. Esta mal habida persona engañaba a todo el mundo con sus supuestas curaciones pero lo peor de todo es que jugaba con la salud de la gente. Todo se le derrumbó al delincuente de marras cuando una señora sintió la publicidad y, aquejada por un agudo dolor del espalda, cayó ingenuamente en el apartamento de la calle Colonia.
El Caciquito no tuvo mejor idea que recetarle ladrillos calientes en la espalda, que él mismo se los aplicó. La ingenua señora no solo gastó plata, no solo siguió con sus dolores de espalda, sino que además sumó quemaduras en buena parte de la piel de la espalda. Indudablemente que es una barbaridad pero también es una forma de entender que la gente cree cualquier cosa. La señora hizo la denuncia y el famoso Cacique visitó las cárceles uruguayas pero también podemos interrogarnos de a cuántos estafó y encima jugó con su salud. Gente que no se animó a hacer la denuncia, gente que no la hizo por vergüenza, en fin, pero por un buen tiempo este delincuente siguió vigente, facturó y hasta publicitó en El Tren de la Noche.
Uno puede decir que el Estado no lo defiende pero también hay que analizar que el público tiene que elevar los niveles de descreimiento pues no se puede aprobar cualquier cosa, no se puede creerle a cualquier chanta. Porque a nadie con un dedo de frente se le puede ocurrir quemar el lomo de una persona para arreglarlo.
Esto viene a cuento de los niveles de protección que se le exigen al Estado ante este tipo de prácticas como el caso de Conexión Ganadera que está en boca de todos y que bien podríamos decir que avanzaron durante demasiados años a costa de la inversión y es esfuerzo de mucha gente. Hoy hay una sentencia primaria de la Justicia que mandó a uno de los cabecillas a la cárcel por ciento ochenta días y a su esposa a prisión domiciliaria igual que a la viuda del otro, del que todo hace pensar se quitó la vida cuando las papas quemaban.
Pero acá es clave entender que toda persona adulta, activa, sana y responsable debe ser la primera en velar por el cuidado de sus intereses. Si usted, amigo lector, confía más en el Cacique Cepé que en un médico, bueno, después no se queje. Si un inversor salteño confía en una renta ganadera del once o doce por ciento cuando todos somos contestes que no se puede avanzar a más del tres por ciento por lo menos hay que desconfiar. Como decían nuestros abuelos, "cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía".
Esto nos trae a colación palabras de un empresario salteño que fue el único que pensó en los problemas que podía tener esto, pero además lo dijo antes de que pasara, sospechando del elevado nivel de rentabilidad.
Seguiremos en el tema.
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