El movimiento
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Por Gabriel Paique
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gabriel.paique@gmail.com

La vida es un constante movimiento y quien se queda quieto, no avanza, algo que en algún momento nos enseñaron nuestros mayores, siempre la mirada en hacer, probar, alcanzar objetivos para crecer en todos los ámbitos. En los últimos años en nuestro departamento quedamos como estancados y sin buscar avanzar, con aquello de que es más fácil bajar una cortina, que intentar preservar nuestras riquezas, que por cierto son muchas, que fueron quedando olvidadas. Incluso con sensaciones de espacios fantasmales y que han sido parte de la historia misma. En un mundo cada vez más competitivo, donde la economía sigue marcando el rumbo de todos y que en definitiva hay que encontrar los espacios que nos permitan ofrecer algo diferente, que seduzca, que lo compren los ojos de aquellos que pueden invertir. Eso es parte del movimiento y que es tan necesario para no quedarnos estancados, rendidos, sin poder de reacción. La realidad siempre es aquella de los locos que sueñan y que tratan siempre de hacer o buscar lo mejor para no quedar quietos. En algún momento escuchamos aquello de que “el movimiento se demuestra andando”, vaya que mensaje de algo que realmente es así, ser audaces, ir en busca de los sueños.
Probar no cuesta nada, también han señalado, llevar adelante una idea, ponerla en práctica, actuar no firmeza, tratando de buscar el mejor resultado, que en definitiva que es lo que se busca, de lograrlo, será el primer paso dado, para un examen que es el de todos los días. La acción es la fuerza que nos permite encontrar los caminos, intentarlo, en el trayecto ver lo que se puede cambiar y tratar de validar las propuestas. Nada en la vida es sencillo o regalado, todo es en base a esfuerzo, mucho trabajo y sobre todas las cosas, perseverantes. Esto es algo que nos han enseñado nuestro mayores y que sigue siendo parte de nuestro diario vivir.
“Barco parado no gana fletes”, cuanta razón para otro de los dichos que han sido parte de nuestro diario vivir, recorrer puertos, encontrar las cargas necesarias para seguir avanzando y sabiendo que en el camino encontraremos muchas “tormentas”, que tenemos que enfrentar, luchar con ellas, para encontrar en el esfuerzo el premio que sin duda llega con lo que es el movimiento continuo, que siempre nos permite avanzar en el mejor de los caminos.
Detenerse es dejar que el tiempo vaya ganando y mostrando los cambios que se pueden llegar a dar cuando nos tiramos al abandono, que en algún momento alguien nos recuerda, para darnos ese ímpetu tan necesario para lograr los cambios. Nada es sencillo y vivimos en un mundo donde nadie te regala nada. Pero el esfuerzo y el movimiento continuo te puede llevar a encontrar los espacios que nos permitan por lo menos acompañar el crecimiento de todos. No todo es con velocidad, pero si con la aceleración adecuada para llegar a buen puerto, que de eso se trata.
Hoy Salto eligió un nuevo rumbo y con pequeños movimientos en ciertas áreas, nos lleva a pensar que comenzamos a recorrer un camino de mucho trabajo, pero creyendo que se puede lograr los objetivos. En la vida diaria, una sonrisa, una palabra puede motivarnos a encarar con un movimiento diferente, un objetivo que nos puede sin duda mostrar que en el esfuerzo de cada uno de nosotros, el camino será más sencillo de recorrer. Somos de los que creemos que “el movimiento se demuestra andando”, con ideas claras y sobre todo con gente que permita a cada uno de los que son parte de las distintas área, a mostrar los objetivos, para siempre llegar al mejor puerto, sin detener el barco, remando todos para el mismo lado. Con el movimiento unido, todo es posible.
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