Es necesaria la recuperación del Partido Colorado
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Por el Lic. Fabián Bochia
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fbochia@laprensa.com.uy

Increíblemente una colectividad que gobernó casi un siglo seguido al Uruguay como el Partido Colorado hoy se mantiene como mero espectador de las elecciones en todos los departamentos menos uno, pero, por su bien y el de toda la democracia, es necesario que vuelva a mantenerse en otros niveles pues por historia, por dirigentes, por trayectoria y por su amor inclaudicable a la democracia debe volver.
No se trata de decir que el Partido Colorado debe volver a gobernar el país, pero sí de salir de un letargo que se está haciendo prolongado en el tiempo y que por hoy no se vislumbra que pueda salir.
El Uruguay todo le debe su construcción moderna y muchas de las leyes, ideas y proyectos a esta señera colectividad.
Miremos un poco el presente. Por ejemplo, en tiempos no tan lejanos el Partido Colorado supo gobernar Artigas, Paysandú, Río Negro, Canelones, pero hoy ni siquiera puede competir en esos mismos feudos donde a veces se plantea un mano a mano entre la izquierda y los blancos.
Acá mismo luego de Malaquina y Coutinho no ha podido volver a ganar. Ya veremos la forma de la Coalición Republicana.
Hay un caso que debe ser estudiado a fondo que es el de Rivera donde allí sí o sí ganan los colorados con Marne Osorio, con Tabaré Viera o con Richard Sander. Todos ellos aseguran la victoria por una gestión exitosa que debe respetarse y que los riverenses bien que valoran.
Hay que reconocer que se ha formado la Coalición Republicana en Salto, Canelones y Montevideo y el Partido Colorado aportó y mucho, por ejemplo a la victoria acá. Y si se hubiera hecho lo mismo en Lavalleja y Río Negro también hubiera ganado la Coalición y no el FA como pasó en las recientes municipales.
De todas formas cabe profundizar que el Partido Colorado apoyó y fue clave en Salto pero Malaquina hijo estuvo lejos de los votos de Albisu.
Pero principio quieren las cosas, si los colorados quieren volver a incidir fuerte a nivel nacional deberán ser grandes forjadores de la Coalición Republicana en tanto tener la capacidad de crecer dentro de la misma y no dejarla como instrumento para el Partido Nacional y su lucha contra la izquierda.
Miremos por ejemplo departamentos como Paysandú, San José, Rocha, Treinta y Tres, Flores, Durazno, Florida, Colonia, Maldonado donde la presencia de la vieja divisa de Rivera y Batlle no tiene ninguna incidencia. Es increíble con todo lo que le ha aportado al país este partido que hoy la gente no lo considere.
Quizás el crecimiento sostenido de la izquierda le fue quitando espacios donde los colorados se sentían más a gusto, por ejemplo en las ciudades, entre la juventud.
Estamos hablando del partido de José Batlle y Ordóñez, de Luis Batlle, de Jorge Batlle, de Enrique Tarigo, de Julio María Sanguinetti. Se podrá valorar más o menos a esta gente, pero nunca olvidarla.
Hay también un eterno desprestigio de la izquierda que ha calado hondo, asociando por ejemplo a las dictaduras con el Partido Colorado, lo que es al menos discutible. A Pedro Bordaberry le han endilgado casi que el golpe de Estado que dio su padre lo que es una vergüenza pues ha sido un demócrata cabal, pero de todas formas se lo han hecho pesar.
También es la izquierda que se ha asociado a los Derechos Humanos cuando le conviene pero cuando matan a placer en Cuba o Venezuela mira para otro lado o no incluye en la historia reciente los crímenes de la guerrilla tupamara.
Quizás los propios colorados se deben asimismo una gran lectura. Gente capaz tienen pero no prenden como debería. Y el país necesita a esa vieja y notable enseña que tanto nos ha dado para incidir en el Parlamento, en el gobierno, en las intendencias. La democracia la hacemos todos.
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