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El llamado Plan Director (un instrumento de Ordenamiento Territorial), aprobado entre 1995 y 2000 tenía una de sus mayores virtudes en establecer límites al área urbana. Aunque muchos entendían que eran exageradamente grandes para la ciudad, planteaba crecer hacia adentro completando los vacíos que tenía nuestra ciudad. Casi 30 años después esto sigue vigente, Salto tiene más del 30% de su zona urbana aún sin urbanizar, sin contar baldíos y fincas abandonadas.

La Intendencia de Salto realizó un emplazamiento en el que cita a propietarios para informase de un proyecto tendiente a crear una nueva Unidad Barrial que incluye algunos barrios existentes a los que le suma una amplia zona, casi 150 hectáreas, al sur de Avda. Apolón entre el ramal El Precursor y Avda. Concordia hasta Paraguay y Gaboto, que aún está sin urbanizar. Es un cambio importante porque transforma parte de la llamada Unidad de Reserva Altos del Ceibal en zona urbana.

Esta decisión genera algunas interrogantes, por ejemplo: saber si los predios que cambian de Unidad Barrial cambian también sus indicadores urbanísticos, esto es las posibilidades de construir con mayor o menor densidad de ocupación; si los cursos de agua existentes van a tener un tratamiento adecuado para evitar afectaciones por enchorradas en las futuras viviendas y aguas debajo de esa zona; o que pasará con la línea de alta tensión de UTE que atraviesa la zona, si queda con la servidumbre de no uso del suelo lindero o se va a llevar por otro lado o a enterrar, en ese caso quien o quienes pagarían estas modificaciones y cuando se haría, parecería que no está para nada lindo vivir al lado de esas líneas.

Lo más significativo es que autoriza a ingresar al mercado del suelo urbano 150 hectáreas, que por la evolución demográfica que tenemos generaría suelo urbano nuevo para satisfacer a una vivienda por lote unos 20 años de aumento de la población. Si densificamos, imprescindible para bajar los costos de inversiones, funcionamiento y mantenimiento (tema para una próxima columna) nos daría para más tiempo.

Tener espacio urbano disponible es buena cosa; el exceso nos puede llevar a situaciones de insostenibilidad. Es muy claro con las calles, si aumentamos la cantidad a construir y mantener, necesitamos más recursos, que ya son limitados e insuficientes; todos lo vemos.

Es necesario ampliar la discusión; que todos los ciudadanos puedan participar. Empieza con tener la información accesible y entendible para informarse, preguntar y luego opinar y discutir para construir un sentido común.

No está bueno que la forma por la cual los ciudadanos nos enteremos de una transformación de esa magnitud por un aviso de emplazamiento a propietarios.

La ley marca instancias de participación obligatoria durante la elaboración de los instrumentos de ordenamiento territorial, pero no impide que se generen otras instancias. A veces se hacen para cumplir y no se considera lo que de ahí surge. En la modificación del Plan de Salto para incorporar barrios cerrados, en 35 días se hicieron dos instancias (Puesta de Manifiesto y Audiencia Pública). Recién año y medio después, cuando se envió el expediente a la Junta para aprobar surge que no se incorporó nada de lo planteado por los participantes.

Siguiendo al Prof. Casanova, “una ciudad es, en sustancia, una comunidad de asentamiento, antes que un agregado denso de construcciones, calles y plazas” a lo que agrego, los dueños de las ciudades son los ciudadanos, no el gobernante de turno ni mucho menos el capital.

Además de entender las razones de tanta presión por urbanizar más y más, la “intralímites” y las más de 400ha para “barrios residenciales”; nos deberíamos preguntar si estas ampliaciones del área urbanizada están en línea con la finalidad del ordenamiento territorial de nuestro país en cuanto “el ordenamiento territorial es el conjunto de acciones transversales del Estado que tienen por finalidad mantener y mejorar la calidad de vida de la población, la integración social en el territorio y el uso y aprovechamiento ambientalmente sustentable y democrático de los recursos naturales y culturales”.

¿Mejoramos la calidad de vida creando área urbana que después no podemos mantener o postergamos aún a miles de salteños de amplias zonas de la ciudad?

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