La debacle (III)
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Por el Lic. Fabián Bochia
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fbochia@laprensa.com.uy

Mirando las cifras del Frente Amplio y la paliza que recibieron desde la Coalición Republicana hay que analizar la construcción de las candidaturas y entender algunas cosas.
Ya vimos el método terrorífico de Andrés Lima, cómo proyectó a su hermano y el uso lamentable de la estructura municipal para presentarlo como un estadista. Veamos ahora lo del profesor Gustavo Chiriff y sus poco más de cuatro mil votos con algunas razones que pueden explicar la performance tan chata.
Todo empezó con una tarde que de urgencia me citan, cuando ocupaba la secretaría general de la Intendencia de Salto, al despacho del intendente. Allí el hasta ese momento director general de Hacienda y Administración contador Víctor Invernizzi presentó su renuncia indeclinable al cargo. Me vino algo al estómago ya que había aprendido a convivir con Víctor. Un hombre duro y maleable a la vez, capaz de enfrentar todo con una sonrisa pero tener el barco firme. Incluso más de una vez nos reunimos solos y le planteé discrepancias que las arreglamos al toque. Nos mirábamos y acomodábamos las cosas, fue un gusto y un placer trabajar un año y algo con ese hombre al que no conocía.
Cuando planteó la renuncia me reuní de nuevo a solas con él para ver qué podía hacer yo. Me dio motivos generales y particulares, éstos últimos quedarán entre él y yo.
Me amargué pues sabía que no iba a ser fácil encontrar otra persona así, técnica y humanamente.
Asumí yo mismo la Dirección de Hacienda con el contador Carlos Broglio, dicho sea de paso un lujo de compañero y persona. Cuarenta días con secretaría general y hacienda. Casi quedo loco, pero un día tuve una idea que a la larga fue el principio del fin. Le planteé a Lima que Gustavo Chiriff pasara de la dirección de Turismo a Hacienda lo que aceptó el jefe comunal.
Ese enroque fue quizás lo más pernicioso para todos pero cómo saberlo. De a poco Chiriff empezó a decirle todo que sí a Lima, algo que normalmente bloqueábamos con Invernizzi, aún a sabiendas que nos podía echar a los dos, pero conteníamos el gasto y manejábamos con solvencia la estructura municipal.
Chiriff vio la oportunidad de "crecer" ante Lima y de a poco me fue raleando de decisiones importantes. Luego se posicionó como el futuro secretario general, algo que alcanzó al ganar Lima la reelección dejándome de lado.
Acá hay que ser muy claro en lo que se dice. Que me haya serruchado el piso Chiriff es algo normal para los seres humanos, pasa en la salud, en la educación, en las empresas, hasta en las familias. También quizás muchos podrán decir que luego fue mejor secretario general que yo y está bien, por lógica la gente evaluará y muchos de cerca o de lejos tendrán una opinión muy válida.
Pero Chiriff da un paso más lo que lo pinta como persona carroñera y deleznable pues él serrucha, todo con el aval de Lima claro está, al que lo llevó a crecer en la estructura municipal. Él me traiciona cuando yo lo llevé a Hacienda, lo apoyé, lo ayudé, lo respaldé. Indudablemente que es un paso más en la bajeza de una persona pero quizás sean los valores que inspiran a Chiriff, y que luego tuvo que disimular para ser candidato a intendente. Pero no olvidemos que dentro de la Intendencia todos los municipales saben esta historia por que de apoyarlo también apoyarían esta forma de ser, estas prácticas.
Además nunca de frente, nunca dando la cara, nunca haciendo las cosas como una persona de bien. Es su método, quizás le irá mejor que yo en la vida, pero los que me conocen saben como soy. Y mi paso en la Intendencia también lo certifica.
A su vez tan mala no debe hacer sido la gestión que la gente la volvió a votar y se volvió a ganar. Pero al ganar de nuevo Lima se creyó un super hombre y apostó a un grupo de personas que indudablemente son distintas a mi pero que no le dicen que no. Así les fue.
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