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Hace unas décadas el comentario popular hizo de las suyas y decían que si un hombre se casaba con una maestra pasaba a vivir en el mejor de los mundos pues cotizaba la triple eme, o sea "marido de maestra mantenido" en alusión a lo alto de los salarios docentes.

Esa anécdota, a veces más coloquial que real, hoy no podría repetirse pues el docente tiene un salario medio pero no es una bicoca y si un hombre pretende vivir de una dama que trabaja en una escuela debe ser muy modesto en sus pretensiones, o de lo contrario aportar lo suyo pero ya no le cabría la triple eme. Visto esto, cuando estamos en pleno análisis del Presupuesto Nacional que es un proyecto de ley de más de setecientos artículos que cada legislador estudia y luego vota, parece que varios participantes de la esfera pública buscan avanzar sobre ese imaginario monto de dinero proyectado que, luego, vale decirlo, habrá que financiar. Por ejemplo, los fiscales dicen que "reciben migajas" del Presupuesto, lo que seguramente es así, no hay por qué dudar.

Pero vayamos a un tema más de fondo, y es si el Estado debe seguir haciendo un Presupuesto como el que hace, cuyo final se afronta con déficit y encima no se deja contento a todos pues todos, justamente, aspiran siempre a un poquito más pero ese poquito más debe salir del bolsillo de la gente o de deuda que el Estado contrae, que sigue siendo el bolsillo de la gente pero a futuro.

Quizás esta lógica perversa de dejar a todos malhumorados y luego empezar a desarrollar el Presupuesto en algún momento necesite un gran consenso social y buscar gastar menos y dejarle esos recursos a la sociedad para que se administre. Por caso la energía que vende UTE, cara, ayuda a financiar el Presupuesto Nacional. ¿Qué pasaría si UTE cobrara la mitad de lo que cobra? Seguramente sería más rentable el comercio, la industria, el transporte, pero ese dinero que no entra al Estado obligaría a cerrar áreas y a gastar menos. Merlín murió.

Hay que ver si la sociedad, y sus expresiones colectivas como los sindicatos, están dispuestos a esto. Porque esto lo reflexionamos en la medida que escuchamos a todo el mundo quejarse "de lo que le toca" en el proyecto de ley que es hoy por hoy el Presupuesto Nacional. Los que reclaman, y no es por defender el gobierno, parece que no supieran que viven en un país subdesarrollado, chico y pobre y que hace lo que puede con los escasos recursos que se administra.

De fondo tenemos que perder el eterno accionar de buscar conseguir algo del Estado, sea una pensión, subsidios para vivienda o lo que sea. Además en la medida que el Estado mueva menos dinero habrá menos espacios para la corrupción y para esas formas de accionar que implican que los políticos entreguen prebendas a cambio de votos de militancia, de ir a actos, de entregar folletería, por si recuerda algo.

El Estado no genera riqueza, la dilapida y muchas veces es una tranca para muchos. Pero también muchos de los que se quejan del Estado tratan de hacer convenios con el mismo. Formas que adoptan prácticas que no ayudan a ninguna nación y que acá parece que toman forma a cada rato.

Además habría que plantear que todos esos recursos que todos reclaman salen del esfuerzo de la gente y generan un costo mayor a la vida de todos pero más lo sufren las clases bajas. Sobre esas bases todo lo que se pueda hacer para mejorar esto será bueno pero para empezar concientizar a los empleados públicos que deben cuidar cada peso por mejor misión que tengan pues lo genera la nación su gente y sus trabajadores, no ellos.

 

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