Por favor: un alka-seltzer
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Por Ramón Fonticiella - Ex Intendente de Salto
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rfonti08@gmail.com

La “digestión lenta”, es aquella en que el tránsito de los alimentos por el aparato digestivo demora más de lo normal. Atribúyanse las causas a variadas razones: comida excedida en grasas, ingestión apresurada y otras; pero existe acuerdo en que provoca malestares… En Salto vamos a tener una “digestión lenta” del resultado electoral del domingo 11. No será sencillo digerir un cambio radical en algunos asuntos, como por ejemplo seguir la táctica de reducir gastos cortando por el lado de quienes ganan salarios, como lo impuso el anterior gobierno nacional. Creo que ha quedado claro que lo percibido antes de las elecciones, será cumplido: el nuevo gobierno tratará de reducir los egresos recortando salarios. Lo ha dejado ver alguna figura que ha sido voz del intendente electo. Lo que ha manifestado estos días no es novedad, aunque algún periodista ha mencionado “se cortará el hilo por el lado más fino”…No me llama la atención: es propio de la matriz herrerista que tendrá el gobierno.
No estoy defendiendo lo indefendible. Debe corregirse la poca prolijidad de distribuir las recaudaciones departamentales que se ha realizado. No comparto que se diga que bajó el gasto en sueldos, sólo porque en las Rendiciones de Cuentas no haya crecido el rubro CERO, correspondiente a ellos. Reproduzco también a un periodista, porque no tengo aún acceso a Rendición de Cuentas actualizada, “se ha sacado pagos de monotributistas y otros contratos por rubro 2”. No me extraña: no podía ser que existan 2000 servidores municipales, y hayan bajado los sueldos. Mil setecientos funcionarios y más de trescientos monotributistas, generan esos 2000 trabajadores (por lo menos); quien distribuyó esa versión es parte del problema.
La digestión será lenta… Habrá que adaptarse a una nueva forma de gobernar. O no…
He oído al sindicato de la Intendencia, manifestar que, si en determinados asuntos, el gobierno electo no revisa su posición, habrá desacuerdo…que no se sabe cuándo terminará.
Las dos posturas me generan desasosiego. Agregan “grasas y nutrientes pesados” a la “comida” que debe procesarse. Los riesgos digestivos serán para la población. Versiones de “recortes de horas” (y de sueldos), posible revisión de decisiones tomadas por el gobierno saliente, reafirmación de una postura combativa “en defensa de conquistas” vislumbrada de las declaraciones sindicales, no auguran un tránsito digestivo libre de sobresaltos.
Pueden ser solamente “demostraciones de fuerza” de inicio de ejercicio. Ojalá. Ambas partes deben tener sus razones, pero las dos están al servicio de más de cien mil personas, que son los habitantes del departamento.
Nadie quiere una vida incómoda, pero los anuncios no aseguran confort; sobre todo porque el “diálogo” se ha iniciado con amplificadores (por los medios). No se ha tratado de una puja por dónde mejorar la ciudad o las carreteras del interior; ni por cómo bajar costos en base a la teoría gubernamental y la experiencia sindical. Ambas partes existen para servir a la ciudadanía, por obligación, aunque deban transitar en un terreno que viene mal nivelado y con muchos obstáculos.
Es lo que el Pueblo toleró primero y ahora quiso cambiar. Busquemos un alka-seltser.
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