Puestos de trabajo y terrenos…
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Por Mario Kroeff Devincenzi
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mkroeff@laprensa.com.uy

Fue un escándalo en su momento, pero no llegó a mayores, como siempre cuando se trataba del ex intendente Lima. Una presidente de Cooperativa de Vivienda envió un audio por Whatsapp a los integrantes del grupo, destapando la olla con todos los detalles, explicando que el arreglo desde el primer momento era votar y militar por Lima a cambio de terrenos y canastas de construcción, se trataba de participar en reuniones y actos políticos, recorrer barrios con entrega de material de propaganda, hacer presencia y ruido en movilizaciones callejeras. Señalaba la presidente que “había que ponerse las pilas”, que Andrés Lima atendía, veía y controlaba los movimientos de los cooperativistas militantes, que sabía de la dinámica de participación en la campaña y que el “retorno” de los terrenos prometidos se tornaba difícil o imposible si no se hacia el trabajo solicitado a cambio. Que esta conducta no sorprendía a nadie, era sabida y acordada de común acuerdo y que hacia un llamado específico para sacarse la modorra y regresar con entusiasmo a la participación activa, que hacerlo no era difícil ni cansador, de lo contrario no se lograría lo deseado.
Bueno, esta llamada y puesta en orden tomó conocimiento público y fue viralizada. Un auténtico desastre, una demostración de la corrupción y las practicas electorales clientelísticas de los Lima & Asociados. Se supo el nombre de la presidente, la Cooperativa en cuestión, quienes eran los cooperativistas y claramente fue señalado el intendente Lima como el cabecilla responsable de las operaciones, una de las tantas que seguían el mismo ritmo en todo el departamento.
El caso tomó dimensión nacional, en vivo y en directo la compra de votos y militantes en plena acción por dirigentes de la izquierda local; era una denuncia explícita, concreta, real. Pero el asunto no pasó a mayores, el intendente negó estar involucrada en los hechos, desconoció el asunto en su afectación personal y política, se rasgó las vestiduras como un fariseo, y expulsó -por las dudas- a la presidente involucrada de sus filas políticas, se lavó las manos, pasó la tormenta y todo siguió como estaba, viento en popa.
Ahora, en estos días, una cooperativa de vivienda -no necesariamente la mencionada en este relato, recurrió al intendente Albisu, denunciando las mismas cosas y procedimientos además del no cumplimiento de lo pactado sobre los terrenos a entregarse. ¡No me digas! Y claro, luego de la fantasía y la corrupción con el ex intendente Lima en campaña, de la que fueron víctima de los chamuyos de los punteros, que no cumplieron en nada lo prometido oportunamente, fueron cabisbajos, arrepentidos y avergonzados a admitir la situación vivida y en la medida de lo posible mantener la esperanza que las nuevas autoridades les entreguen un pedazo de tierra para construir sus viviendas. ¡Increíble! Habrán pensado que con su mera confesión estaba lista la redención de los pecados cometidos, de unos y otros. De unos por pedir a cambio de votos y militancia y otros por prometer impunemente a trocha y moche…
Por supuesto que mediante estos procedimientos el intendente sistemáticamente entregó en forma irregular decenas de terrenos en comodato sin intervención de la Junta Departamental, como correspondería, y en algunos casos con imposibilidades de construcción por falta de servicios entre otras dificultades.
Si entregó y prometió terrenos por votos y militancia, a montones, lo mismo hizo con empleos en la intendencia por medio de designaciones directas, monotributos, cooperativas de trabajo, permanencias por convenios de trabajo. Sumaron empleados a la plantilla municipal engrosándola a niveles insoportables para intentar garantizarse la continuidad en el poder de la Dinastía Lima.
Unos a cambio de terrenos gratis vendieron su alma al Diablo, mal negocio, y otros a cambio de un puesto de trabajo arreglaron con Lucifer, otra vivencia del infierno, las dos caras de una misma moneda, unos llorando en la intendencia y otros gritando en las puertas de la Junta Departamental, ambos dando lástima.
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