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En Salto, desde hace mucho tiempo se viene hablando de un problema que preocupa a todos: hay personas que cobran un sueldo sin ir a trabajar. Lo más llamativo es el caso de Juan Carlos Gómez, presidente del sindicato ADEOMS, quien reconoció públicamente que hace más de quince años no se presenta a su lugar de trabajo. Aún más grave, durante todo ese tiempo le siguieron dando aumentos de sueldo y grado. ¿Quién puede llamar “buen trabajador” a alguien que ni siquiera cumple lo básico de estar presente y hacer su trabajo?

Esta situación causó un gran revuelo, especialmente cuando Mario Kroeff, en el programa “Bancátela”, le preguntó directamente a Gómez por su ausencia y le dijo con ironía que “hace años que no se tira al agua”, recordando su antiguo trabajo como guardavidas. El video se viralizó y mucha gente en Salto se indignó preguntándose cómo es posible que esto suceda.

El intendente Carlos Albisu decidió poner orden y sacó una resolución para que los trabajadores, incluidos los dirigentes del sindicato, cumplan con sus horarios y límites en usar licencias sindicales, porque antes parecía que nadie tenía que ir a trabajar si no quería. La gente en las redes sociales no lo dudó: “Es inmoral cobrar sin trabajar”, dijeron muchos, y hasta el “Milei salteño” pidió que despidan a quienes no cumplen con su trabajo.

Ahora, una buena noticia es que, según la información más reciente, todos los dirigentes de ADEOMS ya se presentaron a trabajar. Y se espera que el presidente del sindicato, Juan Carlos Gómez, también se presente el lunes.

Si miramos todo esto con un poco de calma, la historia de Salto recuerda mucho a “Rebelión en la Granja”, el libro de George Orwell. Ahí, los animales luchan para que todos sean iguales y tengan justicia, pero luego algunos líderes se vuelven corruptos y se aprovechan, olvidando lo que prometieron. En Salto, no son animales, sino funcionarios y dirigentes que deberían trabajar para la gente, pero muchos parecen vivir en su propio mundo, donde cobrar sin trabajar es normal.

La indignación no va contra los trabajadores ni los sindicatos en general, sino contra el abuso y la falta de compromiso. Los salteños piden que cada uno cumpla con su parte, porque trabajar no es solo un derecho, sino también una responsabilidad con todos.La resolución del intendente busca recuperar la confianza y hacer que todos hagan bien su trabajo. No solo se trata de estar presentes en el lugar, sino de tener compromiso, de respetar al contribuyente  y de ser honestos.

Este momento puede ser una buena oportunidad para que Salto aprenda que cobrar sin trabajar no puede seguir pasando, que nadie debe tener privilegios inmerecidos. Solo si todos nos comprometemos con la responsabilidad y la honestidad, la ciudad podrá avanzar y mejorar. La historia de Salto nos muestra que la lucha por los derechos no puede servir para justificar abusos. Todos tenemos la responsabilidad de cuidar lo público, de ser justos y de trabajar juntos para que esta ciudad sea mejor para todos.

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