
Comer sano sin prohibiciones /
La revolución nutricional que promueve el equilibrio y la salud mental
La nutricionista Ingrid Castro propone una alimentación libre de restricciones extremas, basada en hábitos saludables, educación emocional y acompañamiento profesional. Además, resalta la importancia de la lactancia materna como base fundamental del desarrollo infantil.
En tiempos donde las dietas extremas, el culto al cuerpo y la ansiedad alimentaria dominan el escenario, emerge una voz clara y empática que propone volver a lo esencial: alimentarse bien, sin culpas y sin restricciones drásticas. Se trata de la nutricionista Ingrid Castro, quien, desde su consultorio y sus redes, promueve un enfoque equilibrado, flexible y respetuoso de la alimentación.
“Se puede comer sano sin prohibirse nada”, afirma en una entrevista en La Prensa Streaming. Su propuesta apunta a abandonar el miedo a la comida, reconectarse con el disfrute y desarrollar hábitos sostenibles a lo largo del tiempo. Todo esto, sin dejar de lado el acompañamiento emocional y el cuidado en etapas claves como la niñez y la lactancia.
Dietas extremas, el problema detrás del rebote
Ingrid Castro ha acompañado a decenas de pacientes que llegan con frustraciones a cuestas: han probado dietas rápidas, restricciones severas y fórmulas mágicas, solo para encontrarse con el temido “efecto rebote”. “Muchas personas aumentan más de lo que bajaron, o terminan con desequilibrios. Las dietas extremas no son sostenibles y generan culpa”, advierte.
Frente a esto, su abordaje busca inculcar hábitos saludables, como respetar las comidas del día, mantener una buena hidratación y no eliminar alimentos favoritos, sino aprender a consumirlos con moderación.
“El equilibrio está en poder disfrutar un cumpleaños, una salida o un postre sin culpa”, señala Castro. “No se trata de prohibirse, sino de cuidar las cantidades y encontrar una rutina que podamos mantener en el tiempo”.
Comer con conciencia: ¿cómo empezar?
Para aquellos que desean mejorar su alimentación, Ingrid recomienda empezar con pasos simples pero fundamentales: Realizar entre 3 y 4 comidas principales por día, complementadas con colaciones saludables. Evitar el picoteo, ya que suele ser desordenado y calórico. Incluir todos los grupos nutricionales, en porciones balanceadas: carbohidratos (pasta, arroz, papas), proteínas (huevo, carne, lácteos) y vegetales. Consumir alimentos integrales que brindan mayor saciedad. Hidratarse adecuadamente, comenzando con incorporar más agua en el día a día.
También subraya que dejar de cenar, por ejemplo, no ayuda a adelgazar: “No cenar no es la solución, ni tampoco dejar de comer después de las seis de la tarde. El cuerpo necesita energía y nutrientes siempre”, explica.
Colaciones inteligentes y horarios ideales
En cuanto a las colaciones, Ingrid sugiere frutas, frutos secos, yogures descremados o pequeñas porciones de pan integral con proteína. Estos pequeños aportes ayudan a evitar la ansiedad y mantener la saciedad hasta la próxima comida principal. ¿Y el horario ideal para cenar? “Lo mejor es hacerlo unas dos horas antes de acostarse, para favorecer la digestión. Si uno se acuesta a las 10, cenar a las 8 está perfecto”, indica.
Hambre emocional vs. hambre real
Uno de los puntos más novedosos de su enfoque es la conciencia sobre el hambre emocional, algo que muchas personas no identifican. “El hambre emocional aparece cuando comemos por ansiedad, estrés o cansancio. Comemos, pero no nos sentimos satisfechos. En cambio, el hambre biológica sí se sacia con comida”, aclara.
La clave está en darse cuenta a tiempo y, si es necesario, buscar ayuda profesional. “No siempre se puede solo. A veces se necesita contención emocional, además de la nutricional”, afirma.
Salud mental, redes sociales y jóvenes en riesgo
La presión social, las redes y los modelos estéticos inalcanzables afectan especialmente a los adolescentes. Ingrid destaca que muchas personas jóvenes comienzan a eliminar grupos alimentarios como lácteos o carnes simplemente por seguir modas en internet.
“Los trastornos alimentarios hoy comienzan más temprano. Las redes sociales influyen mucho, y por eso es fundamental la educación desde el hogar, la escuela y también desde la consulta profesional”, sostiene.
Ejercicio físico, el aliado indispensable
Una buena alimentación sin movimiento no alcanza. Ingrid insiste en que el ejercicio físico aunque sea caminar es parte fundamental del bienestar.
“El ejercicio no solo ayuda a controlar el peso, sino también a mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés y prevenir enfermedades”, agrega. Recomienda comenzar con dos o tres veces por semana y aumentar progresivamente.
Lactancia materna, nutrición e inmunidad para toda la vida
En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna (1 al 7 de agosto), Ingrid remarcó la vital importancia de la leche materna en los primeros años de vida.
“La lactancia exclusiva hasta los seis meses, y complementaria hasta los dos años, aporta todos los nutrientes y defensas que el bebé necesita. Es el alimento perfecto: tiene la temperatura ideal, la composición exacta y promueve un vínculo emocional único entre madre e hijo”, expresa.
También advierte que la falta de lactancia puede derivar en enfermedades futuras. “La leche materna otorga inmunidad de por vida y ayuda a prevenir alergias, enfermedades respiratorias e infecciones”, explica.
Consejos para madres lactantes
Para quienes están dando el pecho, Ingrid recomienda una alimentación rica y variada, que incluya:
-
Lácteos (fuente de calcio)
-
Carnes (fuente de hierro)
-
Verduras y frutas
-
Mucha hidratación
-
Evitar frituras, procesados y alimentos crudos
“Todo lo que la madre consume llega al bebé. Por eso es tan importante que se alimente bien”, señala.
Libertad, equilibrio y asesoramiento profesional
Antes de finalizar, Ingrid deja un mensaje claro: “No hay que prohibirse alimentos. Se puede comer de todo, pero con equilibrio. No hay que sentir culpa. La clave está en aprender a comer bien, disfrutar y tener hábitos que podamos mantener en el tiempo”.
Además, invita a quienes tengan dudas o estén pasando por dificultades a consultar siempre con profesionales formados. “Hay mucha desinformación en redes. Solo los licenciados en nutrición están capacitados para armar planes personalizados según cada caso”, enfatiza.
Ingrid atiende en su consultorio de Rivera 400, esquina Juan Carlos Gómez, y también está disponible en redes sociales.
Comentarios potenciados por CComment