Alberto Subí /
Monopatines y bicicletas eléctricas se han multiplicado en las calles de Salto
El uso de monopatines y bicicletas eléctricas se ha multiplicado en las calles de Salto, generando preocupación entre las autoridades. Lo que comenzó como una alternativa moderna y ecológica al transporte tradicional, hoy plantea un serio desafío para la seguridad vial. El Director de Movilidad Urbana, Alberto Subí, reconoció que el fenómeno “se ha escapado de las manos”. Cada vez más niños y adolescentes circulan por calles y avenidas sin casco, sin luces y sin cumplir normas básicas de tránsito. “Cualquier muchachito de colegio anda al lado de los autos, y eso representa un riesgo enorme”.
Sin legislación, el control es limitado
La falta de una normativa clara impide que la Intendencia pueda ejercer un control efectivo sobre esta nueva forma de movilidad. “Tenemos un contralor muy informal de la cantidad de vehículos y sus titulares, pero estamos esperando legislación para poder fiscalizar”, explicó el jerarca. El edil Facundo Marziotte presentó una propuesta que busca establecer reglas concretas para el uso de monopatines y bicicletas eléctricas. Subí espera que esta iniciativa marque “el puntapié inicial para dar formalidad a algo que es necesario”. En Montevideo, sostuvo, el tema está “un poco más avanzado”, con ciclovías y zonas específicas, aunque tampoco existe una ley nacional que regule la micromovilidad.
Requisitos básicos para circular
El proyecto incluiría exigencias mínimas de seguridad, uso obligatorio de casco, luces delanteras y traseras, y posiblemente señalizadores. También se prohibiría circular con dos personas en un solo vehículo. “Vemos mamás llevando a sus hijos en el monopatín hacia la escuela. Es una locura. En cualquier momento va a haber un accidente”, advirtió Subí. Según explicó, estos vehículos pueden alcanzar velocidades similares a una moto de 70 cilindradas, llegando a los 60 kilómetros por hora. “El riesgo de caída o impacto es altísimo. El cuerpo es lo primero que golpea”.
Salto busca seguir el ejemplo de las grandes ciudades
El desafío, insistió el director, es garantizar la seguridad de los usuarios sin frenar la innovación en el transporte urbano. “Salto no puede quedarse atrás de las grandes ciudades, pero tampoco puede permitir el caos. Necesitamos orden y responsabilidad”. Mientras tanto, la Dirección de Movilidad Urbana mantiene un monitoreo informal del crecimiento de estos vehículos, a la espera de que la legislación departamental o nacional defina un marco normativo. “Esperemos llegar a tiempo y encauzar esta movilidad mediante una normativa clara. La seguridad no puede quedar librada al azar”.
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