La administración frenteamplista, que dejó el gobierno el pasado 10 de julio, superó los 2.000 vínculos laborales con la Intendencia, en lo que no solamente representaba un desorden en la administración, sino que también una abultada carga a la hora de cumplir con los salarios, que no debe ser la única finalidad del gobierno.

Nunca antes en la historia se alcanzó ese número, el que no contempla a las cooperativas de trabajo de las cuales únicamente se conoce el monto que se les destinaba. Si tomamos cada una de las modalidades de contratación, a la Intendencia no le alcanzaba lo que recaudaba para pagar los salarios, por lo que era necesario destinar partidas que llegaban del gobierno nacional para este rubro. Así llegamos a la situación en la que no pagaban cuentas o créditos, que destinaban a pagar salarios.

771 DESIGNACIÓN DIRECTAS

La gestión anterior contrató directamente en la Intendencia a 488 funcionarios, a los que debemos sumar 240 contratados de forma directa mediante el arrendamiento de servicio para cumplir funciones en prácticamente todas las áreas de la administración. Engrosaban la cifra las 43 designaciones de confianza política que cesaron con el Intendente en el cambio de mando. Sorprende de sobremanera la crítica que se hace desde el Frente Amplio al Intendente Albisu por designar a los directores y coordinadores de su confianza, propios del cambio de gobierno, cuando vemos estos números. Al 30 de junio, la administración Lima tenía 43 cargos de confianza, 488 designaciones directas con punteros políticos y ex jerarcas, y 240 contrataciones mediante el sistema de arrendamiento de servicio, sin contar los que estuvieron y fueron cesados a lo largo del período.

$761.654 MENSUALES A COOPERATIVAS

La administración saliente, además de los sistemas conocidos, contrató a diversas cooperativas de trabajo a lo largo del período. Sobre el final de la gestión, destinaba $761.654 mensuales a pagar los servicios de cooperativas de trabajo. Todo lo que se destinó a contratar personal no se relaciona a cómo se encontraba la ciudad cuando asumió la nueva administración, con servicios que no funcionaban, calles y caminos sin mantenimiento, falta de obras e inversiones.

NÚMERO DESPROPORCIONADO

Si tomamos los datos más actualizados sobre la ocupación en Salto, cada 34 trabajadores que tenemos en el departamento, en la administración Lima, dos son funcionarios municipales o tienen algún tipo de contratación con el gobierno. Continuando la comparación, se heredaron cuatro veces más vínculos laborales de la Intendencia, que por ejemplo, la cantidad de dependientes del Ministerio del Interior en el departamento. Por cada calle que tiene Salto, tenemos 8 funcionarios en la Intendencia. Tenemos la cuarta parte de las contrataciones que tiene la Intendencia de Montevideo, cuando tenemos la décima parte de la población, es decir que acá tenemos más del doble de funcionarios por habitante que en Montevideo. Esa situación es insostenible.