La presencia cotidiana de personas en situación de calle, malabaristas o limpiavidrios en distintos puntos de la ciudad forma parte de una realidad social compleja. Para muchos, estas actividades representan la única forma de ganarse el sustento diario, el pan de cada día. Algunos son salteños, otros llegaron desde distintos puntos del país e incluso del exterior, y terminaron viviendo en la calle, expuestos a condiciones extremas.

Anoche, en el marco de una de las noches más calurosas en Salto, con temperaturas cercanas a los 30 grados a las 21 horas, se registró un episodio que encendió la alarma. En la intersección de Blandengues y avenida Batlle, una zona altamente transitada por vehículos y peatones cercana a la terminal y a un centro comercial se presume que personas que se encontraban allí encendieron fuego en una esquina del lugar.

La situación genera preocupación no solo por el riesgo que implica, sino también por la indiferencia que parece rodearla. ¿Nadie ve esto? ¿Nadie dice nada? La escena vuelve a interpelar a la sociedad y a las autoridades sobre una problemática que sigue creciendo a la vista de todos.