
Jaurés Lamarque Pons /
Un día como hoy nacía el mayor músico salteño
Bien podría decirse que fue el compositor que dio voz musical al Uruguay ciudadano. Salto lo recuerda hoy con una escuela que lleva su nombre y esta no fue elegida al azar: es la Escuela de Arte (ex Escuela de Música), la Nº 129, ubicada en calle Charrúa a pocos metros de Plaza Flores. Claro que el mejor homenaje sería escuchar y reconocer su música, para lo que seguro falta mucho, si es que algún día eso se logra entre los salteños.
6 de mayo de 1917
Hoy se celebra el aniversario del nacimiento de Jaurés Lamarque Pons, o sea, uno de los grandes referentes de la música uruguaya del siglo XX. Salteño, nacido el 6 de mayo de 1917, Lamarque dejó una huella profunda en la cultura nacional gracias a su incansable labor como compositor y a su compromiso con el nacionalismo musical urbano. Desde temprana edad mostró un talento innato para la música. Comenzó su formación en violín y piano con los profesores Egidio Monetti y M. Victoria Varela respectivamente. Su participación en la Coral Salteña durante la juventud marcó el inicio de una vida dedicada a la creación musical.
En Montevideo
En 1935, se trasladó con su familia a Montevideo, donde perfeccionó sus estudios musicales con grandes maestros como Guillermo Kolischer en piano, y Guido Santórsola, Tomás Mujica y el español E. Casal Chapí en armonía, contrapunto y composición. Fue en 1943, con la obra para piano “Aires de milonga”, cuando se consolidó como el impulsor del nacionalismo musical ciudadano, estilo que marcó la mayor parte de su producción.
Patrimonio musical
Aunque su catálogo no es cuantitativamente extenso en comparación con otros compositores, cada obra de Lamarque es un aporte sustancial al patrimonio musical uruguayo. Entre sus piezas más reconocidas destacan “Tres danzas pintorescas”, “Suite de ballet según Figari”, “Suite rioplatense” y “Tríptico montevideano”. También incursionó con éxito en formatos como la ópera (“Marta Gruni”), el ballet pantomima (“El encargado”) y el concierto, con obras como el “Concierto para piano, cuerdas y percusión” y su serie de “Concertinos” inspirados en las estaciones. Su creatividad también se expresó en formaciones más reducidas, con composiciones como “Tema de tango” para cuarteto de cuerdas, “Pequeña suite montevideana” para cuarteto de flautas, guitarras y percusión, o el “Homenaje a Alfredo de Simone” para un colorido conjunto instrumental.
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