
Se tensa interna del Frente Amplio /
De la propuesta del impuesto al 1% más rico al plebiscito por la seguridad social
La propuesta de crear un impuesto al 1% más rico de Uruguay, impulsada inicialmente por el Pit-Cnt y respaldada luego por sectores como el Partido Comunista (PCU), el Partido Socialista (PS) y Casa Grande, generó en las últimas semanas un nuevo punto de fricción dentro del oficialismo.
Orsi y su fuerte posición
El presidente de la República, Yamandú Orsi, fue categórico al descartar la iniciativa. Si bien sostuvo que los programas de gobierno “no son un corset” y que el debate interno es legítimo, reafirmó que su postura coincide con el planteo de campaña: no crear nuevos tributos. “Desde el gobierno se tienen responsabilidades y hay que tener en cuenta elementos que son derivados del mundo real”, afirmó, marcando distancia de quienes proponen destinar lo recaudado a combatir la pobreza infantil.
La negativa presidencial llegó luego de que la idea tomara fuerza en la agenda pública y mediática, impulsada por figuras del PCU, el PS y el sector Casa Grande. La reiteración del mensaje —Orsi se pronunció tres veces en pocos días— buscó despejar cualquier expectativa de cambio en la política fiscal.
Una disputa que viene de antes
La diferencia en las posturas no es aislada. Todo parte de una “disputa” más amplia por la orientación del gobierno, que tiene como principales polos al Movimiento de Participación Popular (MPP) y al Partido Comunista.
El MPP, sector mayoritario del FA, tiene un perfil económico más cercano a las corrientes astoristas y seregnistas, por lo que ha delineado la estrategia gubernamental y electoral. Del otro lado, el PCU, el PS —hoy con menor peso político—, La Amplia, Casa Grande y legisladores como Felipe Carballo, reivindican un vínculo más estrecho con las bases sindicales y sociales.
La propuesta del impuesto surgió de acciones políticas impulsadas por el ministro de Trabajo, Juan Castillo, y el senador Óscar Andrade, ambos del PCU, para instalar el tema en la opinión pública. En la Torre Ejecutiva, esto fue leído como un intento de forzar una discusión que contradecía compromisos de campaña, en particular la promesa de no subir impuestos.
Viejas heridas: el plebiscito de la seguridad social
El trasfondo de estas tensiones también remite a episodios recientes. En el MPP y otros sectores del FA persiste el malestar por la decisión del PCU y el PS de respaldar el plebiscito para modificar la reforma de la seguridad social. A juicio de la dirigencia mayoritaria, esa postura restó capacidad de maniobra electoral y fue uno de los factores que impidió alcanzar la mayoría parlamentaria en ambas cámaras.
Marcadas diferencias
Con el FA nuevamente en el poder después de cinco años en la oposición, estas diferencias estratégicas y programáticas siguen marcando la dinámica interna. Mientras el MPP se concentra en la gobernabilidad y en mantener la coherencia con las promesas de campaña, el PCU y sus aliados apuestan a mantener vivas las demandas que consideran centrales para el electorado de izquierda. Por ahora, Orsi mantiene el equilibrio discursivo, reconociendo el derecho al debate pero reafirmando la línea del Ejecutivo. Sin embargo, la tensión entre ambas corrientes —la pragmática y la más militante— parece destinada a seguir ocupando un lugar destacado en la agenda política del oficialismo.
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