Recibimos y publicamos /
Día del Policía Caído en Cumplimiento del Deber
En el Día del Policía Caído en Cumplimiento del Deber, ayer 20 de noviembre, llegó a la Redacción de La Prensa el siguiente mensaje. Es escrito por Miguel Chilosi Garcilazo, policía retirado y comunicador: Cada 20 de noviembre hacemos un alto en el camino para rendir tributo al policía caído en el cumplimiento del deber. Este homenaje se remonta a la muerte de seis policías un 20 de noviembre de 1933, en la zona de Paso Molino, en Montevideo, durante un enfrentamiento con una banda de delincuentes.
Ese tributo nos da la pauta del compromiso de cada policía con la sociedad toda, sin importar el estatus social, la ideología, el credo, etc. El policía ha hecho un juramento de honor, aun a costa de su propia vida, a la Constitución, a las leyes y a los habitantes de la nación. Esto quiere decir que él es el escudo entre la sociedad y la delincuencia.
Sin duda debe estar preparado profesional, mental y físicamente para cumplir con su deber, muchas veces a costa de su propia vida. Cada policía escribe su propia historia, pero desde el momento en que ha pasado a formar parte de la institución policial, también pasa a integrar una organización comprometida con la vocación, la responsabilidad y el compañerismo.
Desde el mismo momento en que sale de su casa, deja atrás a una familia que espera ansiosa el regreso del padre, del esposo o del hijo luego de haber cumplido con su horario de turno.
Muchas son las historias cargadas de heroísmo por parte de policías, historias que no quedan grabadas o no se conocen por parte de la opinión pública, aunque ese no es el fin, sino cumplir con su deber, muchas veces dejando su propia vida en defensa de la sociedad que juró proteger. La ofrenda es su propia vida.
Pero ninguna plaza, ninguna calle, ningún barrio lleva el nombre de un policía abatido en cumplimiento de su deber. No hizo más que cumplir con su juramento de honor: con su propia vida.
Comentarios potenciados por CComment