Anotaciones Callejeras
En la jornada de ayer circuló mucho en todas las redes un video, en el que se ve un grupo de adolescentes peleándose en plena calle. Los comentarios hablaban hasta de algunos lastimados de arma blanca. Serían todos estudiantes de educación media. Al momento de escribir estas líneas, no se ha podido confirmar de qué lugar de la ciudad se trataba (las versiones eran varias y diferentes). Habrá que ver si con el paso de las horas, llega alguna información policial. Pero lo cierto es que este tipo de episodios continúan dándose de forma muy seguida, ocurren demasiado seguido, ya de forma alarmante.
Cambiemos de tema… “¿A qué hora cantan los gallos? Al amanecer, cuando empieza a clarear el día. ¿Pero tan cambiada estará la naturaleza entonces?”. Más o menos así era parte de un diálogo muy divertido que mantenían ayer dos veteranos en una esquina de nuestra ciudad y que pudo captar un periodista de este diario. Sucede que uno de estos hombres, dice que al gallo de un vecino suyo “se le dio por cantar a la 1, 1 y media o 2 de la madrugada, y me despierta”. Hay una cantidad importante de explicaciones de este fenómeno, vinculadas a creencias populares y supersticiones, principalmente las que dicen que si un gallo adelanta la hora de su canto, se trata de un anuncio de desgracias. Pero también están las otras explicaciones, las más “científicas”, las que dicen que eso se da simplemente cuando el animal se ve amenazado, escucha ruidos extraños, siente como un peligro la presencia de otro animal cerca, etc.
Hay temas que parece que son de nunca terminarse. Uno de ellos es el de las “picadas” o carreras clandestinas de motos. Sabido es que las autoridades vienen trabajando fuerte en combatir estos desmanes, con operativos especiales y demás. Pero nada es suficiente al parecer. Desde distintos barrios (a modo de ejemplo podemos mencionar dos bien alejados entre sí: barrio Artigas y Saladero) nos comentan los vecinos que apenas oscurece, “es impresionante el ruido de los motores”. En fin, ¿cuál será la solución para terminar con esto?
Consultamos si se denuncia siempre o no. Y nos confiesan los vecinos que “no, no siempre llamamos (a la Policía)…”. Lamentablemente, son cosas ya asumidas por muchos como normales, casi como ruidos que fueran naturales en el paisaje cotidiano. Pero sin dudas que se debe denunciar siempre, este y otros delitos de los que uno sea testigo, es también un compromiso como ciudadanos. Es más, nos cuentan que, en estos contextos, los accidentes con personas lastimadas son más frecuentes de lo que uno se imagina, aunque no siempre trasciende, porque en algunos casos no se enteran más que los protagonistas.
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