Caja de Profesionales en jornada decisiva
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Por José Pedro Cardozo
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director@laprensa.com.uy

Este miércoles marca un punto de inflexión crítico para la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Profesionales Universitarios (CJPPU). Es, de acuerdo con el cronograma parlamentario y las definiciones políticas asumidas, la última jornada hábil para alcanzar un acuerdo entre gobierno y oposición que permita avanzar en una solución legislativa a una de las crisis previsionales más delicadas del país. Sin embargo, al momento, todo parece indicar que no hay coincidencias, y que una vez más se posterga lo impostergable.
La propuesta presentada por el oficialismo, que buscaba una reforma paramétrica con un ajuste de beneficios, aumento de aportes y una inyección transitoria de fondos públicos, fue rechazada por la oposición, que a su vez tampoco ha ofrecido una alternativa clara, unificada y viable. En este juego de desacuerdos y tácticas, el tiempo se agota, y con él la estabilidad de una institución clave para miles de profesionales activos y jubilados.
El colapso de la Caja no es una sorpresa
Desde hace años, los informes advertían que el modelo financiero de la CJPPU es insostenible en el mediano plazo. El envejecimiento de sus afiliados, la disminución de nuevos aportantes, la informalidad creciente en algunos rubros profesionales y los beneficios generosos en comparación con los ingresos han conformado un cóctel explosivo. A esto se suma una notoria ineficiencia administrativa y la ausencia de reformas profundas a lo largo de décadas.
Cálculos electoralistas
Pero lo más alarmante no es la magnitud del problema, sino la parálisis política para enfrentarlo con seriedad. A pesar de las señales de alarma, el tratamiento parlamentario ha estado plagado de cálculos electoralistas, falta de liderazgo y una cultura institucional que posterga siempre lo incómodo. Hoy, cuando ya no hay más margen, seguimos atrapados en la lógica del “yo no fui”.
Consensos básicos
El oficialismo, en particular, no ha logrado articular una propuesta suficientemente sólida ni generar consensos básicos, ni siquiera dentro de su coalición. En lugar de construir una estrategia técnica y políticamente viable, eligió caminos cortos, parches insuficientes y apuestas a dividir a la oposición. La oposición, por su parte, ha preferido una cómoda posición de rechazo, sin asumir tampoco el costo de proponer una solución concreta. El resultado: un laberinto de dilaciones mientras la Caja se acerca a su quebranto.
Dificultades para pagar las jubilaciones
Las consecuencias de no resolver el problema son muy graves. La CJPPU podría tener dificultades para pagar jubilaciones. Esto implicaría no solo una crisis previsional, sino una crisis de confianza en el sistema todo. A diferencia del Banco de Previsión Social (BPS), la CJPPU se financia casi exclusivamente con aportes y no cuenta con un respaldo estatal automático. Si cae, cae sola, y arrastra con ella el sustento de miles de profesionales que confiaron en un sistema que prometía seguridad.
Colapso inminente...
Llegó la hora de asumir responsabilidades. Si esta jornada termina sin acuerdo, el gobierno deberá explicar con claridad qué medidas adoptará para evitar el colapso inminente. La oposición, por su parte, debe salir del cómodo lugar de espectador crítico y decir con todas las letras qué haría, cómo y con qué costos. La ciudadanía no necesita más diagnósticos, necesita decisiones.
El sistema político uruguayo
Ha demostrado en otros momentos difíciles su capacidad para alcanzar acuerdos estructurales. Lo hizo con la reforma de la seguridad social en los años 90, y lo volvió a hacer con los cambios al BPS más recientemente. La pregunta es si hoy existe la voluntad y el coraje político para estar a la altura. La Caja de Profesionales no puede esperar más. Si no se actúa ahora, no solo se perderá una institución, sino que quedará herido el principio más básico de cualquier régimen previsional: la confianza en que el esfuerzo de hoy garantiza la tranquilidad del mañana.
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