Uruguay, tierra fértil de creatividad tecnológica
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Por José Pedro Cardozo
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director@laprensa.com.uy

En un mundo donde el conocimiento se ha convertido en el principal motor de desarrollo, Uruguay ha demostrado que el tamaño de un país no es obstáculo para competir en la primera línea de la innovación. Con poco más de tres millones de habitantes, se ha ganado un espacio de reconocimiento internacional gracias a la calidad de sus profesionales en informática y la capacidad de generar soluciones tecnológicas que hoy se exportan a diversos rincones del mundo.
Este fenómeno no es casualidad. Detrás está un sistema educativo que, con aciertos y limitaciones, supo abrir las puertas a generaciones de jóvenes curiosos, dispuestos a explorar el lenguaje de las máquinas y traducirlo en servicios útiles. Programas pioneros como el Plan Ceibal sembraron en la infancia una relación temprana con la tecnología que más tarde germinó en vocaciones y emprendimientos.
Hoy, Uruguay es referencia en software, videojuegos, plataformas educativas y soluciones financieras digitales. Grandes compañías globales han instalado operaciones en nuestro territorio, atraídas por la estabilidad institucional, la seguridad jurídica y, sobre todo, por un capital humano reconocido por su creatividad, compromiso y capacidad de adaptación.
Los números confirman el posicionamiento. Según datos de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI), el 82% de las exportaciones de software uruguayo en 2023 se dirigieron a Estados Unidos. América Latina, en cambio, no figura entre los principales mercados: el primer país de la región es Chile, que no alcanza el 1% de las ventas. Este panorama refleja tanto los logros como los desafíos de un sector que debe diversificar destinos y aprovechar oportunidades más cercanas.
Latinoamérica, es un mercado que todavía no está 100% digitalizado. Ya se trabaja con consulados y responsables comerciales para conectar a empresas uruguayas con los ecosistemas tecnológicos de cada país, incluso aprovechando instancias como el stopover que promueve Panamá, que permite a las firmas generar reuniones y eventos en su paso hacia el norte. Centroamérica también se perfila como un mercado gigante, con oportunidades especialmente atractivas para empresas de producto.
Este camino no está exento de obstáculos. Una de las dificultades que enfrentan muchas startups uruguayas es venderle al propio Estado, a pesar de que se trata de un cliente de gran relevancia y potencial. Superar esa barrera implicaría no solo abrir oportunidades de negocio para las firmas locales, sino también dinamizar la modernización de los servicios públicos..
La inteligencia creativa de los uruguayos es, en definitiva, un recurso estratégico. No basta con aplaudir los logros alcanzados; debemos fortalecer un ecosistema que fomente la investigación, potencie la innovación con incentivos adecuados y forme nuevas generaciones en las habilidades que exige la economía digital.
El mundo atraviesa una revolución tecnológica sin precedentes. Inteligencia artificial, automatización y ciencia de datos marcan el rumbo del presente y del futuro. Uruguay no puede rezagarse. Tiene los cimientos, el talento y la reputación. Falta consolidar una visión estratégica que convierta esa capacidad en motor sostenido de desarrollo y que logre expandir la marca Uruguay hacia nuevos mercados.
El desafío está planteado. Uruguay ya demostró que puede sorprender al mundo. Ahora debe convencerse de que su creatividad tecnológica no es solo un motivo de orgullo, sino también la llave para un progreso duradero.
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