Los intocables
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Por Gabriel Paique
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gabriel.paique@gmail.com

Para los amantes de las series o del cine, en algún momento habrá visto o escuchado de la lucha de los buenos, contra los malos, algo que se ha repetido a lo largo de nuestras vidas, que siempre nos marcan con historia que se cuentan desde la óptica de cada uno y mientras tanto los años van pasando. Siempre de una u otra manera se han visto situaciones de enfrentamientos de un lado y otro, cada uno tratando de defender su accionar. Las luchas han marcado parte de la historia misma, donde el poder siempre es lo que en definitiva gana los espacios y nos muestra el camino a seguir, ya que lo que van cambiando son las generaciones, lo años pesan a medida que se avanza, para acostumbrarnos a observar desde la vereda de enfrente. Pero también hemos visto como aquellos “intocables”, siempre son como el “corcho”, se mantienen a flote, más allá de las corrientes de agua que puedan ser lentas o rápidas. Dependiendo de la situación de la mirada personal, muchas veces nos encontramos en el medio de enfrentamientos o decisiones, que nos llegamos a preguntar de quien es la razón.
Pero los días pasan tan rápidos, que hasta en distintas situaciones nos preguntamos si está película ya la vimos, claro que con diferentes actores, los principales que siempre se mantienen en el cartel, más los de “reparto”, que el tiempo nos hace olvidar de sus rostros. Como que pasan con ese papel secundario y que luego de utilizarlos, los van dejando de lado, con sus problemas o situaciones personales, que el día a día hace que el olvido llegue pronto, a la espera de alguna que otra serie que será parte de una nueva historia.
Somos parte de algunas series en blanco y negro, cuando hoy el color nos muestra esa realidad a la perfección, donde siempre aparece la mejor letra interpretativa para tomar las decisiones que son parte del nuevo guion. Mientras que los actores secundarios esperan por saber que papel les tocará o simplemente, ya no tendrán la cabida necesaria para ser parte de las nuevas escenas. En los tiempos del blanco y negro, los “muchachitos” nos mostraban como luchaban contra aquellos “indios” que eran los malos de la película, hasta que en algún momento se fumaba la pipa de la paz, para frenar los enfrentamientos.
Los actores principales de cada historia, eran aquellos que llegaban al final de la escena y eran los que dejaban el mensaje a aquellos que nos atrapaba la escena. Más allá que cuando nos retirábamos de la sala, en las conversaciones que solíamos tener entre amigos, nos interrogábamos de las diferentes acciones o como se podría cambiar la historia, ya que cada uno tenía su punto de razón o por lo menos una idea diferente, que generalmente no se tenía en cuenta, sino que el guion era el que marcaba el rumbo, para tratar de convencerte. Viene vaya a saber de cuando las historias divididas y donde cada mirada es diferente a la del otro. Lo que generalmente se mantiene y creo que no cambia, es aquello de lo que arrancamos, con la serie de Los Intocables, que son los que generalmente pueden estar de un lado u otro, el tema es que tienen que saber que su papel tiene que estar en el de actor principal, de esta manera el cuerpo siempre se puede llegar acomodar.
Después la pueden llegar a pintar de una u otra manera, pero la realidad nos va mostrando que los actores de reparto, son los que van quedando por el camino y al no contar con la suficiente cartelera, sabe que ya no podrá alcanzar a mantenerse. Los principales actores lo podemos encontrar de un lado u otro, pero siempre acomodan el cuerpo para seguir siendo los que manejan la historieta. Cada tanto cambian los nombres y la historia se repite, mientras tanto la división es cada vez más grande.
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