Pensemos en una alianza vital: cultura y turismo
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Por el Lic. Fabián Bochia
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fbochia@laprensa.com.uy
Una persona que ha viajado bastante nos comenta que muchas veces nos falta picardía y otras muchas cosas para dar un salto en el sector turístico.
En parte tiene razón, porque si vemos por ejemplo Europa tienen obviamente lugares de relevancia, ni hablar sus capitales y centros cosmopolitas, pero también han adornado la cosa. Por ejemplo, te presentan que "por aquí pasó el emperador Juancito", es una casa con cuatro columnas bien cuidadas, abundante información en cartelería y te cobran cuatro o cinco euros, y como estás en modo vacaciones los pagás. En realidad no te aporta nada, pero no deja de ser un paseo y un ingreso para ese sector de la cultura y la historia. Miremos en este lado, el pasaje de Artigas con el Éxodo del Pueblo Oriental si lo vendiéramos bien tendríamos todo un espacio destinado a recordarlo y podríamos cobrar una entrada que podría ser de doscientos pesos para los no uruguayos. Y eso sería un atractivo, un incentivo y un ingreso. Pensemos también que si se hiciera en la zona del Ayuí nos enfrentaríamos por ejemplo al crecimiento del río que cada tanto nos da un sacudón. Pero imaginemos que presentamos un centro cultural con legados de Marosa, Amorim, Víctor Lima, y no solo escritos sino por ejemplo artículos que ellos valoraron en vida, o un espacio interactivo con los animales de la selva de Quiroga, pero así con otros artistas, no solo escritores, y deportistas. Si tendrá Salto para presentar gente de nivel superlativo en muchos ángulos, el aporte de tantos italianos a su estructura edilicia, de los vascos, de los franceses, de Harriague, si hasta los dos primeros Centro Caif del Uruguay nacieron en Salto, si tendremos cosas para contar a la gente que viene pero eso necesita organización, trabajo, planificación e inversión.
La cultura puede ser un gran apoyo para el turismo, hay ahí una relación que no se puede soslayar y que perfectamente podría generar ingresos en muchas cosas pero como decimos, necesita un impulso inicial.
Hemos leído que la última pena de muerte aplicada por el Estado uruguayo fue aplicada en la zona de Termas del Arapey, y más allá de que es algo negativo, bien podría recordarse como forma de entender los tiempos que pasaron y cómo el Uruguay fue evolucionando hacia estar en otro nivel en la consideración de los Derechos Humanos por ejemplo.
Hace unos años fue reabierto el museo militar de Arapey, una linda muestra que implicó una alianza entre la Intendencia de Salto y el Círculo Militar que administraba el enclave. Esto permitió generar un espacio de atracción para el visitante que era muy usado por las familias para ampliar el placer que sin dudas implica el agua termal. Pero no se siguió adelante con este interesante proyecto, una pena pues era más coordinación que costo.
Pero además tenemos cultura viva, gente que canta, hace poesía, tocar instrumentos, si podremos realizar actividades culturales que potencien el turismo. Recordamos en pleno auge de la devaluación argentina hace dos años, pizzerías y restaurantes salteños traían músicos entrerrianos que por escasos aportes tocaban buena parte de la noche porque con la diferencia cambiaria el rendimiento para ellos era superior. Eso también mostraba que el salteño gusta de la cultura, disfruta de una cena con buena música en vivo, aprecia este esfuerzo empresarial y lo premia, lo que se extiende a los visitantes. Por eso es clave articular en este sentido para poder llegar a lo que todos queremos, un turismo activo y potenciado por la abrumadora cultura salteña que tiene mil vertientes y actores fundamentales que solo necesitan espacio para desarrollar su talento.
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