
Con Alessander Tironi /
El leonismo y su aporte al tránsito: educación, conciencia y prevención
El presidente del Club de Leones Salto Ayuí, Dr. Alessander Tironi, reflexiona sobre los desafíos del tránsito en Uruguay, la necesidad de educación vial desde la infancia y el papel del leonismo en la construcción de una cultura de respeto y responsabilidad. El 8 de octubre fue un día especial para el leonismo en Uruguay. En Salto, los clubes locales celebraron el aniversario número 108 de la fundación del movimiento con una serie de actividades solidarias. “Nos reunimos en la Plaza del Leonismo, cerca del puerto, para conmemorar este día con acciones concretas: donaciones en el hospital, en escuelas, y programas de alimentación saludable”, explicó Tironi. El movimiento leonístico nació en Estados Unidos en 1917 y llegó a Uruguay en 1951, con el apoyo de un club chileno. Desde entonces, ha mantenido su espíritu solidario y de servicio, extendiendo su influencia a distintas áreas sociales, incluida la seguridad vial, un tema al que Tironi ha dedicado más de tres décadas de su vida profesional.
Educación vial: escuchar a los jóvenes
Uno de los proyectos más destacados del leonismo salteño es el trabajo en educación y prevención de siniestros de tránsito. “Creamos una asesoría de seguridad vial dentro del distrito leonístico, con el objetivo de promover actividades educativas y de concientización”, señaló Tironi. Entre esas iniciativas se destacan certámenes de dibujo y videos cortos en escuelas y liceos, donde los jóvenes expresan su visión del tránsito.
“El objetivo no es ir a decirles lo que nosotros sabemos, sino escuchar cómo ven ellos el problema. Cuando el conocimiento se construye en conjunto, queda grabado para siempre”, destacó. En uno de esos concursos, un grupo de liceales salteños utilizó conceptos de física para demostrar, de forma artesanal, cómo la velocidad y la masa inciden en la distancia de frenado. “Fue un ejemplo claro de cómo distintas materias pueden integrarse para enseñar seguridad vial”, celebró el dirigente.
El tránsito como problema de seguridad pública
Tironi, abogado, licenciado en seguridad pública y ex comisario general de la Policía Nacional, sostiene que la seguridad vial es una parte integral de la seguridad pública. “El dolor de una familia es el mismo, ya sea por un homicidio o por un siniestro de tránsito. En ambos casos se pierde una vida”, reflexionó. A su juicio, el tránsito es un reflejo de la sociedad. En Uruguay, cada año se registran unos 30.000 siniestros, con 3.000 heridos graves y alrededor de 400 fallecidos. “Pero el problema no son sólo las muertes. También están los lesionados, muchos de los cuales terminan falleciendo meses después sin ser contabilizados como víctimas del tránsito”, advirtió. Tironi también subraya que la mayoría de las víctimas son jóvenes en edad productiva. “Ahí está el impacto más fuerte: la sociedad invierte años y recursos en formar a esas personas, y de pronto las pierde, o las ve impedidas de producir. Es un costo humano y económico enorme”.
Cultura de respeto: el desafío pendiente
Consultado sobre la realidad del tránsito en Salto, Tironi fue claro: “No escapamos a la realidad del país. Hay gente que conoce las normas, pero no las respeta. El problema no es de desconocimiento, sino de decisión”. Según estudios internacionales en los que participó como consultor de Naciones Unidas, la mayoría de los adultos sabe perfectamente qué significan las señales de tránsito. “El adulto no respeta porque no quiere respetar. Sabe lo que está mal, pero asume el riesgo”, explicó. El experto entiende que el tránsito se ha convertido en un ámbito de competencia individual, donde muchos priorizan llegar rápido por encima de hacerlo bien. “Cada uno decide hasta qué punto acepta el riesgo. Es una gestión de riesgo personal, y eso es peligroso”, advirtió.
Señalización, normativa y responsabilidad estatal
Tironi también abordó uno de los temas más debatidos en la ciudad: las preferencias y señalización. “Durante muchos años hubo una multiplicidad de normas: reglamentos nacionales, ordenanzas municipales y decretos. Eso generó confusión”, explicó.
A su entender, la clave está en jerarquizar las señales: primero las indicaciones del agente, luego las señales luminosas, después las señales fijas, y por último las preferencias generales. “Si hay un cartel de pare o de ceda el paso, debe respetarse. No importa si el otro vehículo dobla: el cartel está por encima de la preferencia general”, señaló. Aunque considera que la señalización en Salto ha mejorado, aún hay falencias. “Está bien pensada para los que somos de acá, pero no para el que llega de afuera. La ciudad debe estar señalizada para todos”, apuntó.
Hacia una cultura vial sostenible
En su visión, la infraestructura también debe adaptarse al error humano. “Existe un concepto de ingeniería que se llama ruta que perdona: hay que construir pensando que alguien puede equivocarse, para que ese error no le cueste la vida”, explicó. Antes de despedirse, Tironi recordó una frase que repite en cada charla: “El tránsito no es un problema de la Intendencia ni del Ministerio de Transporte. Es un problema de seguridad pública”. El leonismo, desde su compromiso social, busca aportar justamente en ese punto: educar, prevenir y sensibilizar, para que cada uruguayo, al salir a la calle, asuma que la seguridad vial comienza en uno mismo.
Comentarios potenciados por CComment