Granja Mola /
El nuevo rincón artesanal que conquista Salto con sabor y cercanía
En Uruguay 1424, pleno corazón de Salto, abrió sus puertas un emprendimiento que ya está dando que hablar, Granja Mola. Detrás de este proyecto se encuentran Agustín Moreira y Lucía Caputto, una pareja de emprendedores que decidió transformar su deseo de independencia y pasión por lo artesanal en un espacio que refleja sus valores, su esfuerzo y su amor por los detalles. Ambos reconocen que el inicio fue una mezcla de nervios, ilusión y trabajo sin pausa. “Arrancamos con un poco de incertidumbre, pero el público nos recibió muy bien. Los clientes apoyaron desde el primer día”, contó Lucía, con la sonrisa de quien empieza a ver los frutos de su apuesta.
Un nombre con historia y buena energía
El nombre “Granja Mola” tiene detrás un relato curioso y cargado de significado. En principio, el negocio iba a llamarse “Moca”, combinación de las primeras letras de los apellidos de ambos. Sin embargo, descubrieron que ya existía un local con ese nombre en la ciudad. “Queríamos algo original, que nos representara y que transmitiera una buena vibra”. Así surgió “Mola”, formado por las primeras letras de Moreira y las iniciales del nombre de Lucía, pero también con un guiño al significado que tiene en España, algo que “mola” es algo que gusta, que está bueno, que genera una experiencia agradable. “Eso es justamente lo que queremos que sientan quienes nos visiten, que venir a Granja Mola sea una experiencia linda”.
Un local que respira lo artesanal
El concepto artesanal no solo está presente en los productos, sino también en la ambientación del local. Las puertas corredizas de granero y las estanterías de madera, construidas por el propio Agustín, evocan la esencia de una granja tradicional. Cada detalle fue pensado con esmero. “Queríamos que el lugar reflejara lo que ofrecemos: lo casero, lo hecho con amor y dedicación”, comentó Lucía.
En Granja Mola se pueden encontrar quesos artesanales de Colonia, dulces caseros, mermeladas, embutidos, frutos secos y productos de charcutería. Además, ofrecen viandas y menús caseros al mediodía, todos elaborados en el momento. “Trabajamos con productos frescos y buscamos que cada plato tenga sabor y calidad”, aseguró Agustín.
Sabores que cambian cada día
El emprendimiento cuenta con dos menús diarios variables y un menú fijo que incluye milanesa de carne o pollo con guarnición. “Vamos probando, corrigiendo, escuchando al público. La idea es ofrecer variedad y frescura”, explica Agustín. En su perfil de Instagram publican cada semana el menú actualizado, y también se pueden hacer pedidos por teléfono o mensaje.
Lucía destaca que muchas de las recetas están pensadas con el público adulto mayor en mente. “Tenemos muchos vecinos mayores, y por eso ofrecemos opciones como milanesas al horno, que son más saludables. Solo pedimos que avisen con anticipación para poder prepararlas como corresponde”, cuenta.
Además de los menús, Granja Mola ofrece tartas, postres, alfajores, budines, ensaladas de frutas y productos sin gluten. Todo elaborado en el local, con atención al detalle y apertura al feedback de los clientes. “Escuchamos mucho lo que nos piden. Si nos dicen que quieren algo, lo anotamos y lo consideramos. Es un proceso de aprendizaje constante”, dice Lucía.
Más que un almacén, un espacio de cercanía
Granja Mola también incluye una carreta de frutas y verduras, ambientada para acompañar la estética rústica del lugar. “Queríamos que la gente encontrara de todo un poco, desde un queso hasta unas frutillas o huevos frescos”, explica Agustín.
El local cuenta con servicio de delivery gratuito, no solo para las viandas sino también para cualquier producto del local. “Queremos facilitarle la vida a la gente. Si necesitan algo de charcutería, quesos o productos feteados, se los llevamos sin costo”, añade.
El horario es amplio: de lunes a sábado de 8:30 a 13:30 y de 16:00 a 20:00, y los domingos de 9:00 a 13:00. Esta flexibilidad responde a las rutinas de la comunidad. “Pensamos en los horarios de colegios y trabajos. Hay mucha gente que pasa justo en esos momentos y aprovechamos para estar disponibles”, explica Lucía.
El valor de la atención personal
Uno de los pilares del emprendimiento es la atención directa y cercana. Tanto Agustín como Lucía están al frente del mostrador, conociendo a cada cliente, recordando sus preferencias y conversando sobre sus experiencias. “Nos gusta que la gente pruebe los productos antes de comprar. Por ejemplo, con los quesos: cada persona tiene su gusto, por eso los invitamos a degustar y elegir lo que más les guste”, comenta Agustín. Lucía, por su parte, subraya la importancia de los pequeños gestos. “Saludar, preguntar cómo están, escuchar. Son cosas simples, pero que muchas veces se pierden. Nosotros queremos recuperar esos valores”.
Sueños, esfuerzo y compromiso
El camino hasta aquí no fue sencillo. Ambos dejaron sus trabajos estables Agustín venía del rubro de los embutidos y Lucía es maestra para lanzarse de lleno a este proyecto. “Fue un salto al vacío, pero con mucha ilusión. Dormimos poco, trabajamos mucho, pero estamos felices”, dice Agustín. Antes de abrir, recorrieron más de 20 granjas en Nueva Helvecia buscando proveedores, calidad y precios justos. Esa experiencia les permitió no solo elegir los mejores productos, sino también reafirmar su compromiso con lo local y con la atención personalizada. “Queremos que cada cliente se sienta bien atendido, que se vaya contento, que tenga una linda experiencia, incluso en un día difícil. Si alguien entra cansado y sale con una sonrisa, sentimos que cumplimos nuestro objetivo”, afirma Agustín.
Un emprendimiento para todos los bolsillos
En un contexto económico desafiante, los jóvenes emprendedores también pensaron en los precios. “Queremos que todos puedan acceder a nuestros productos. Desde estudiantes hasta abuelos, tratamos de mantener precios accesibles sin bajar la calidad”, señala Lucía. “Apuntamos a todo tipo de público, a que nadie sienta que no puede llevarse algo. Ese equilibrio entre calidad y precio justo es una de nuestras prioridades”, agrega Agustín.
Granja Mola, un lugar que realmente “mola”
Con apenas unas semanas de apertura, Granja Mola ya se posiciona como un nuevo punto de encuentro para quienes valoran lo casero, lo saludable y lo auténtico. “Nos jugamos todo, pero con el corazón”, dice Agustín. Y Lucía completa: “Este es nuestro proyecto de vida. Queremos crecer, mejorar y seguir ofreciendo lo mejor de nosotros”.
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