
Hugo Fernández Faingold
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Por Leonardo Vinci
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Falleció hace pocas horas el Licenciado Hugo Fernández Faingold, ex Vicepresidente de la República, ministro, embajador, parlamentario y destacado dirigente del Partido Colorado. Hace algunos años- cuando residía en Maldonado y mientras atravesaba por un serio quebranto de salud- nos contó cómo nacieron los CAIF. Hoy, en homenaje a su figura y trayectoria, queremos recordar sus declaraciones.
El ex Ministro de trabajo y seguridad social nos dijo en esa oportunidad “Al final de un conflicto laboral- del que no quiero hablar a estas alturas, tantos años después- le plantée al presidente la necesidad de que tomáramos alguna medida que permitiese que las madres pudieran trabajar dejando a sus hijos no solo bien cuidados sino iniciando una experiencia de educación inicial. Nuestra primera inclinación fue trasladar la responsabilidad a las empresas con sistemas de guarderías, pero la vida nos mostró que eso no era posible ya que sólo funcionaría en las compañías más grandes y que las PYMES de la época- que eran el grueso de las empresas uruguayas- no tenían volumen suficiente para establecer y manejar y administrar algo tan complejo como una guardería, que además tuviese fines educativos.
Ariel Davrieux y Adela Reta
Entonces, en una reunión con Ariel Davrieux y con Adela reta nos pusimos a imaginar el comienzo de un sistema de educación que permitiese cumplir con los dos fines: que las madres pudiesen trabajar dejando a sus hijos en lugares seguros y el fin de la estimulación y del comienzo del proceso educativo. O sea, una socialización que permitiese reproducir valores que de repente las familias, con los dos padres trabajando encontraran dificultades para cumplir. Esto tuvo mucha aceptación tanto de parte de Adela como de Ariel.
UNESCO
Hicimos algunas consultas con gente de la UNESCO, que nos pidieron que se hiciera una propuesta institucional que de alguna forma involucrase también a las fuerzas vivas, entendiendo por tales las que hoy llaman las organizaciones sociales de los barrios, etc. Y como se recordará, los CAIF, desde el principio, en realidad involucraron una labor conjunta del estado con las organizaciones barriales, porque en definitiva, tanto la faz de la mano de obra en temas no especializados, como la administración de los recursos, quedaban en manos de los vecinos, de los padres.
La participación de Malaquina
Yo recuerdo que en ese período embrionario, genesíaco, tuve una charla con el entonces intendente Escribano Malaquina, contándole cual era nuestro propósito y nuestras intenciones. Y él, se nos apersonó en una reunión con Davrieux y Adela y planteó que él quería el primer CAIF para Salto, lo que nos pareció muy auspicioso. Y además, lo hizo con un criterio muy generoso, porque el solo proceso de establecer el CAIF significó un aprendizaje muy importante. Él compartió con nosotros y nos ayudó a entender mejor la idea. O sea que lo que pudimos mejorar a partir del minuto uno de la experiencia CAIF, fue en buena medida gracias al Escribano Malaquina, a la puesta en funcionamiento del CAIF de Salto y a la reflexión que éste despertó en el barrio. Nosotros lo recorrimos preguntándole a los vecinos qué opinaban y que sugerían para mejorar la experiencia, e incorporamos muchísimas ideas.
El resto es conocido ya que el plan CAIF se transformó en una política de estado que no ha tenido pausa ni interrupciones desde aquel momento hasta el día de hoy. Son los salteños, los que en la réplica del primer CAIF, nos puedan decir cuales son los aprendizajes principales y hacia dónde deberíamos orientar las nuevas iniciativas.
CAIF en Africa
Los CAIF han tenido ecos en otras partes del mundo. Yo me encontré con un plan similar en África. Estamos hablando de una experiencia que trasladó UNESCO en su momento y yo diría que más por motivos laborales que otros porque se trataba de poblaciones muy pobres que debían dedicar partes muy importantes del día a trabajos agrícolas o agropecuario y que no tenían donde dejar a sus chicos y donde había riegos serios para la salud de los niños si los llevaban con ellos. Mi dedicación apasionada al tema de los CAIF fue en el período genesíaco. Después, en su desarrollo institucional, acompañé, por supuesto, y lo evaluamos desde el punto de vista laboral de las mujeres.”
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