
¡Ridículo! El miedo al ridículo desde la psicología
- Por la Psicóloga Ana Claudia Acosta

En este artículo vamos a reflexionar sobre el miedo al ridículo, su significado en nuestra vida diaria y cómo trabajar en él, si lo detectan.
¿Qué es el miedo al ridículo?
Es la preocupación excesiva de causar una mala impresión, ser sujeto de burla o ser rechazado/a, o no ser incluído socialmente, lo que puede derivar en fobia social o gelotofobia. Puede tener su origen en creencias irracionales y experiencias de infancia, puede limitar la vida de una persona, provocando estrés, ansiedad y aislamiento.
Es una respuesta emocional intensa ante la posibilidad de ser humillado, criticado o rechazado por los demás. Puede llevar a la evitación de situaciones sociales y a un aislamiento progresivo. En casos extremos, se manifiesta como gelotofobia, que es un miedo patológico a ser objeto de burla.
Las causas y orígenes pueden ser variados, a continuación se enumeran algunos de ellos:
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Creencias irracionales: Fundamentado en la necesidad de gustarle a todos, la perfección o el temor a la crítica y el rechazo.
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Experiencias de la infancia: Haber sido víctima de maltrato emocional, burla o un ambiente inseguro puede fomentar este miedo. Vivencias de bullying, discriminación entre otras.
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Mecanismos instintivos: Desde una perspectiva evolutiva, puede interpretarse como un miedo instintivo a ser expulsado de la "manada", lo que antes ponía en riesgo la supervivencia.
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Lo antes expuesto genera efectos negativos como ser: Impacto en la salud mental.enera altos niveles de estrés, ansiedad y puede desencadenar depresión y enfermedades psico-somáticas.
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Limitación de la vida: Impide a las personas tomar decisiones, desarrollar sus metas y participar plenamente en actividades sociales y profesionales.
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Dificultades en relaciones: Causa aislamiento social y dificulta la creación y el mantenimiento de relaciones saludables.
¿Cómo trabajar con el miedo al ridículo?
Pueden buscar ayuda de un profesional para que los ayude a detectarlo y a trabajar con él.
A continuación se mencionan algunas opciones, como ser: cambiar los pensamientos negativos y hablarse de forma positiva a uno mismo sin menospreciarse o autoinsultarse, exponerse gradualmente a situaciones que generen miedo como forma de afrontarlo y desarrollar la autoestima y la resiliencia emocional.
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Cuestionar las creencias: Analizar y desafiar los pensamientos irracionales que alimentan el miedo.
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Terapia cognitiva conductual (TCC): Es un tratamiento eficaz para modificar los diálogos internos y las creencias negativas, mejorando la autoestima y la autoeficacia.
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Exposición gradual: Enfrentar el miedo de manera progresiva a través de pequeñas dosis de exposición en actividades como teatro, danza o clases de idioma.
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Desarrollar la resiliencia: Aprender a reírse, sanamente, de uno mismo, comprender que nadie es perfecto y que las situaciones vergonzosas son pasajeras.
El miedo al ridículo es una reacción de preocupación que nos invade cuando tememos hacer o decir algo inconveniente tanto nosotros como los demás. El sobrevalorar los convencionalismos sociales y la excesiva sensibilidad a las opiniones están en la base de estos temores.
Cualquier intento de disimular o evitar el ridículo se va a notar, puesto que no podemos ocultar nuestras emociones, es por ello que la premisa básica para combatir este miedo es dejar de hacer justo lo que hacemos para combatirlo.
No hacer depende tanto nuestra conducta de la opinión de los demás. Trabajar los miedos e inseguridades en ámbitos sociales, aprender a interpretar las situaciones de manera más constructiva, confrontar nuestros pensamientos negativos. El equilibrio psicológico y emocional se relaciona con defender nuestros derechos como personas, como puede ser el derecho a equivocarnos, a tener opinión propia y defender nuestra opinión frente a los que intentan convencernos de lo contrario. Siendo espontáneos/as y respetuosos con los demás y con nosotros.
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