El tema es las Intendencias y no el calendario electoral
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Por Lic. Fabian Bochia
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fbochia@laprensa.com.uy

Empiezan a saltar por todos lados, Salto ni hablar, cómo quedaron las intendencias en un drama que se repite cada cinco años. Es difícil que alguien que asume el poder en una comarca departamental diga que está todo bien, salvo que sea él mismo o sea del mismo partido, pero últimamente ni eso los salva. Veamos que el economista Mario Bergara tuvo que decir que había mucho para ordenar, por decirlo en términos caballerescos lo que hace que se tienda más a fondo lo que quiso decir. Que había un relajo bárbaro y que Cosse y sus amigos gastaron a placer, nada nuevo bajo el sol tratándose de "la ingeniera", mujer que sabe usar a mansalva el dinero de los contribuyentes y si la critican se escuda en su género, en que está para el pueblo y sandeces similares pero a la larga hay que decir que algo debe tener, aparte de amor por despilfarrar la plata pública, pues ha sido ministra, presidenta de Antel, intendenta de Montevideo y actualmente vice presidenta de la República. Primera lección, la gente no mira cómo se gestionan las cuentas públicas, al contrario, cuánto más gaste y más prometa y más déficit acumule mejor. Los uruguayos seremos así...
Pero vayamos más a fondo, en la Intendencia de Cerro Largo, donde siempre ganan los blancos, el nuevo intendente reconoció el despilfarro anterior, que no tienen máquinas pues las llevaron a arreglar a talleres de Melo y los talleristas no las entregan por las deudas contraídas, en tanto el jefe comunal echa a trescientos para ordenar la casa. Eso que son todos blancos, los que entran, los que salen, y todos se conocen. Lo que será Melo por estos días, un hervidero.
Cuando algunos actores políticos hablan de achicar el calendario electoral, como Pedro Bordaberry, lo primero que decimos es que no nos preocupa tanto. Dicen que es para que no se viva haciendo elecciones y en campaña. Pero esa es la idea de muchos, pero no de todos. La gente no vive el día a día de la política sino el día a día de pagar las cuentas, de que no le roben, de llegar a fin de mes, de que sus hijos estudien, de encontrar trabajo, de que la mutualista no le dé horas para un especialista para fin de año cuando estamos en agosto. En fin. Pero lo que sí habría que reformar, y posiblemente haya que tocar la Constitución, es mejorar y auditar el movimientos de las Intendencias. Es que para el interior de las mismas el intendente es Dios. Y el partido que gana tiene mayoría automática en las Juntas Departamentales, es mucho, más la caja de la comuna, es demasiado a favor. Habría que mirar por ejemplo que los ediles se armaran igual que diputados y senadores y no darle dieciséis de entrada para que tengan que negociar más en las Juntas y de esta manera mejorar los niveles de gobernabilidad. El gran tema que se viene debería ser ese y no el calendario electoral.
Obligar a los intendentes a negociar, a pedir más permiso, a consensuar más, para que los informes del Tribunal de Cuentas pesen más, para que se cuiden mejor las finanzas públicas, para que ciertos muñecos no se vean tentados en hacer de las comunas sus plataformas electorales con la plata de todos.
Recordemos que cuanto más controlemos a todos mejor será nuestra democracia, cuanto más avancemos en los límites al poder mejores resultados tendremos pues la calidad de la democracia tiene seguro que ver con cómo se controla a los que dirigen, a los que orientan el gasto, a los que deciden, y los hombre rendimos más si se nos pone el ojo encima.
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