
El avance del comercio digital /
Genera un impacto que preocupa al local
El auge de las ventas por internet ha transformado radicalmente los hábitos de consumo en todo el mundo, y nuestra ciudad no ha sido la excepción. Cada vez más personas recurren a redes sociales y plataformas digitales para adquirir productos, lo cual ha generado una situación preocupante para los comercios tradicionales instalados en nuestra ciudad, que ven cómo sus ventas disminuyen mientras deben sostener una estructura de costos que el vendedor digital no enfrenta.
Menos ventas menos comisiones…
Según testimonios de trabajadoras del sector comercial, que perciben un salario base complementado por comisiones sobre las ventas, esta nueva realidad les ha significado una considerable merma en sus ingresos. La causa principal parece ser la competencia desigual que representan las ventas en redes sociales, muchas veces informales, sin local físico, sin obligaciones fiscales visibles ni empleados registrados, lo que les permite ofrecer precios más bajos y promociones agresivas.
Menor entrega por empresas proveedoras
Pero el problema no termina allí. Ante el notable crecimiento de las ventas por internet, muchas empresas proveedoras priorizan el canal digital, enviando menos mercadería a los comercios físicos. Esto genera una falta crónica de stock en las tiendas locales, impidiéndoles competir en igualdad de condiciones y limitando la posibilidad de cerrar ventas en el momento. Así, no sólo las ventas bajan, sino que la capacidad de atención al cliente se ve afectada por la imposibilidad de ofrecer variedad o reposición rápida.
El costo del comercio instalado
A este panorama se suma el peso de los costos que los comercios instalados deben soportar: alquileres, impuestos, servicios públicos, mantenimiento y personal. Todo esto configura un escenario desequilibrado, en el que los comercios de calle, con toda su carga tributaria y responsabilidad social, compiten contra un modelo más liviano en obligaciones pero poderoso en alcance y conveniencia para el cliente.
No se trata de oponerse al progreso ni a la tecnología. Al contrario, es fundamental que el comercio local explore alternativas digitales y estrategias mixtas de venta. Pero también resulta urgente que las autoridades tomen nota de esta situación para generar un entorno más justo, con reglas claras para todos los actores. Porque detrás de cada comercio afectado, hay familias, empleos y una economía local que necesita protección frente a esta transformación vertiginosa del mercado.
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