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El martes se presentó ante la Cámara de Diputados el recurso de apelación contra el Decreto 7.668/2025, que modifica el Plan de Ordenamiento Territorial de Salto. Este decreto transformó en urbano de muy baja densidad más de 400 hectáreas (desde atrás del Barrio dos Naciones hasta la desembocadura del San Antonio) en un contexto de casi nulo crecimiento poblacional, con cientos de hectáreas sin urbanizar en la ciudad y en una zona ambientalmente frágil.

Se hace en el marco de lo establecido por el art. 303 de la Constitución que habilita que más de mil ciudadanos puedan recurrir “Los decretos de la Junta Departamental y las resoluciones del Intendente Municipal contrarios a la Constitución y a las leyes”. El recurso discute en ese sentido, argumentando la contrariedad de sus disposiciones a la Constitución de la República y varias leyes, entre ellas, la de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible N° 18.308.

Esas más de mil firmas se lograron gracias al aporte militante de salteñas y salteños que son parte de diferentes colectivos. Unos que participan de la vida universitaria como docentes o funcionarios, o son parte de organizaciones nacionales como FUCVAM o de colectivos barriales como BASCUADÉ en “La Humedad”, junto a decenas de personas que lo hicieron a título personal.

Que el recurso se planteara sobre aspectos técnicos y jurídicos no es un obstáculo para discutir qué tipo de ciudad realmente queremos y hacia donde deben canalizarse los esfuerzos por mejorar la calidad urbana.

La promulgación del Decreto clarificó que el único interés -porque es lo que han promovido sus impulsores- son los barrios cerrados. Aun cuando a pocos kilómetros de Salto, en Termas del Daymán, hay 228 hectáreas habilitadas para este tipo de urbanizaciones que esperan su desarrollo desde el año 2013.

Entendemos que una ciudad democrática debe atender los intereses de las grandes mayorías por sobre el interés sectorial. Cabe perfectamente una frase atribuida a Charles de Gaulle, Primer Ministro francés luego de la segunda Guerra Mundial: “He llegado a la conclusión de que la política es demasiado seria para dejarla en manos de los políticos”. Una ciudad es una cosa demasiado seria para dejarla únicamente en mano de los políticos, a lo que agregaría a los técnicos. Una ciudad democrática es mucho más que lo que digan los políticos y los técnicos, debe atender los intereses de las grandes mayorías.

Extender la superficie de la ciudad sin aumento de población es generar insustentabilidades, porque se necesitan más servicios e inversión pública en infraestructura y por tanto incrementa los costos de funcionamiento y de mantenimiento de lo existente. Podrán decir que va a aumentar la recaudación en Contribución Inmobiliaria, pero tengamos en cuenta que sumadas la urbana y rural en 2023 es apenas un cuarto del dinero que usó el Gobierno Departamental.

Urbanizar zonas ambientalmente frágiles puede tener consecuencias irreversibles, máxime en este caso que no obliga a utilizar redes de saneamiento y se puede optar por pozos negros. Estamos pocos metros aguas arriba de la toma de OSE y de las playas de Salto.

Tengo claro que oponerse a generar insustentabilidades puede ser catalogados como parte de un posicionamiento ideológico. También lo sería promoverlas o mirar para el costado cuando esto sucede.

Sin dudas, es ideológico pretender que todas las salteñas y salteños gocen plenamente del derecho a la ciudad, que garantice el acceso a bienes y servicios y supere las necesidades sociales (como garantizar el acceso a la vivienda decorosa que manda la Constitución) pero que también brinde oportunidades de influir en la organización de una comunidad democrática.

El camino escogido para conseguir las firmas fue el de siempre: dar razones valederas para oponernos a este Decreto. Lamentablemente, en los últimos días aparecieron algunas opiniones y mensajes que buscan contrariar nuestro planteo, descalificándolo en función de algunas etiquetas y supuestas intenciones ocultas. No voy a gastar más letras que pedir que la discusión se centre en los contenidos del Decreto y en sus consecuencias para Salto y sus habitantes.

Por último, agradecer a quienes pusieron su compromiso, su tiempo y su inteligencia para lograr este primer objetivo.

Ahora la palabra la tienen nuestros Representantes.

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