La muerte de Julio Frade nos marca el valor enorme de la cultura
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Por el Lic. Fabián Bochia
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fbochia@laprensa.com.uy

Lo miró fijo. Y lo interpeló entonces.
--Usted es un políglota por lo que veo.
Ricardo Espalter esperó y asumió lo que para él era, o sea un insulto. "No me gusta que me trata así, no se meta con mi intelecto, con mi vida, con mi familia", le respondió serio y ofendido.
Esta anécdota, nimia quizás, es una de las miles que adornan la realidad de Decalegrón, el programa emblema del humor uruguayo donde genios como Julio Frade, Ricardo Espalter, Eduardo D'Angelo hacían delicias ante las cámaras. Uno se pregunta, ahora a partir de la muerte del maestro Frade, si el Uruguay no será capaz de volver a generar gente de este nivel.
Decalegrón fue un programa cómico uruguayo que se emitía por Canal 10 de Montevideo, Uruguay. Dicho programa estuvo en el aire desde agosto de 1977 ininterrumpidamente hasta el año 2001, logrando niveles de índice de audiencia elevada para su época. En sus últimas temporadas se emitía los días lunes por la noche.
Julio Frade, quizás el último de la generación dorada del humor uruguayo, empezó a tocar el piano los cuatro años y solo la muerte pudo separarlo. Frade, que se fue hace una semana, era un erudito en serio, porque no solo era maravilloso con el piano, sino un actor notable, un hombre genial en lo que encaraba basado en su bagaje cultural tremendo. Frade y el elenco de Decalegrón nos reponen esa encrucijada que es el nivel cultural. Se puede ser actor, periodista, maestro o carpintero pero nunca renunciar a la cultura pues es la base de todo, y en el Uruguay sabemos apreciar eso, no nos afiliamos a un humor machista donde las mujeres ligeras de ropa son la base de todo. La cara de Espalter, su movimiento de músculos, sus ojos, hacían las delicias de miles de uruguayos y no era precisamente ni un galán ni un portento físico, pero sí era un hombre de extraordinario nivel cultural. Sobre esa base todo se hace más fácil, es bueno decirlo, porque de lo contrario hay que comenzar a arar en tierras desconocidas.
Ese skech donde Frade hablaba en forma ilustrada y Espalter respondía en forma barrial era una invitación a llorar de risa, pero también a aprender con las palabras que existen en el diccionario del idioma español pero que no tenemos ni idea que están. Frade nos enseñaba idioma español a las risas.
Hubo uno donde era para ahogarse de risa cuando habla de que Leonardo Da Vinci sabía de mecánica, de pintura, de obras, de arquitectura, y Espalter le responde que entonces "había ido a la UTU". El nivel de esta gente era demasiado, porque iban a donde querían y manejaban los tiempos del espectador con una solvencia tremenda.
En tiempos sin Internet, sin celulares, basados en una televisión que invadía los hogares uruguayos, y en una Red Televisión Color que replicaba en todo el país lo mejor de los tres canales privados esta gente asumió un liderazgo pocas veces visto que habría que valorar en su justa medida.
Según los datos disponibles el programa de Canal 10 arrancó en el año 1977 y finalizó en el año 2001 y tenía en su elenco principal a Enrique Almada, Eduardo D'Angelo, Ricardo Espalter, Julio Frade, Andrés Redondo y Petru Valenski.
Estamos hablando de figuras emblemáticas que marcaron y cómo la televisión, la cultura y el humor uruguayo.
Quizás todos somos tan injustos que a partir de la muerte de cada uno de sus integrantes los recordemos pero por lo menos es algo del eterno homenaje que este grupo de genios merece de un Uruguay que es grande también, ni hablar, desde su cultura y vaya si estos artistas la elevaron a niveles increíbles.
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