La sociedad del cansancio
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Por el Lic. Fabián Bochia
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fbochia@laprensa.com.uy
Hay una especie de adoración del rendimiento y una forma de autocontrol que lleva a las personas a perder las perspectivas en que viven.
Ese problema está generando frustración y poca empatía consigo mismo, algo que ha ido dejando de lado por ejemplo el papel de las históricas instituciones dedicadas a esto, como el Estado, como el jefe, como el maestro, el profesor o el juez. Hoy el individuo es su propio cancerbero y la autoexigencia una forma de vida. Esto lo tomamos de uno de los filósofos modernos más atractivos por su pensamiento profundo y crítico.
Byung-Chul Han es un filósofo nacido en Seúl, Corea del Sur, que desde que se convirtió en una de las figuras principales de la filosofía contemporánea, ha mantenido resguardada su vida privada lo más que ha podido. Su trabajos posteriores a La sociedad del cansancio incluyen críticas al capitalismo tardío, el consumo, el amor, la vida pornográfica y la hipertransparencia, siendo el exceso de positividad el elemento problemático que podemos tomar como hilo conductor en su obra. El libro de Byung-Chul Han es una crítica a la forma de estar en el mundo y de vivir la vida activa en la sociedad de la modernidad tardía. Retoma el pensamiento de Hannah Arendt, Foucault, Agamben, Hegel, y una novela de Melville, y afirma que sus conceptos fueron pensados para explicar una sociedad disciplinaria, en la que el sujeto se encontraba oprimido por fuerzas externas que limitan su vida a la explotación en el trabajo. Desde el principio nos deja claro que ya no se puede seguir pensando esas formas de estar en el mundo con límites impuestos por el exterior, porque han desaparecido; ahora vivimos condenados a una larga carrera de obstáculos personales y sentimientos de inferioridad e insuficiencia. ¿El premio?: infartos en el alma, enfermedades neuronales.
Un punto que creemos pertinente es el de las autoexigencias a partir de logros de los pares. Por ejemplo, una persona quiere llegar a lo que logró su hermano, o su pareja, o sus padres, o sus amigos, y no por envidia sino por eso tan humano de decirse a sí mismo que se puede lograr y de fondo tenemos todo eso de la autoayuda donde se quiere llegar a tal meta. Y sobre esa meta nos impulsamos a llegar cuando de repente con lo que tenemos alcanza y no necesitamos apurarnos tanto por ese logro que es presentado como algo "lograble" por la sociedad, por las redes sociales, por los estándares que se fijan para edad, sexo, nivel educativo, condición social.
El sociólogo Max Weber ha dicho en forma acertada que los seres humanos se crean cárceles más fuertes que la de los barrotes y esas cárceles pueden ser consumo, vivienda, vehículos, fiestas familiares, exhibición de nivel económico lo que hace que esa vía de esa forma más que de la forma auténtica que es lo que reclama el sur coreano.
Hoy la propuesta de Byung Chul Han es que eso que dice Weber pasa pero el cancerbero es el propio individuo, ni siquiera se precisa la intervención Estado, alcanza con el propio ser que se preocupa tanto por él que cuando no rinde se sanciona y es capaz de autocastigarse.
Este panorama hace que el hombre no encuentre tranquilidad, paz, formas de avanzar sino que viva en una noria de exigencias que lo obligan incluso a pasar malos momentos, a pasar por lugares que no quiere pero que se los exige así mismo como forma de cumplir con esas exigencias sociales que marcan pautas a las que hay que llegar para ser parte de una sociedad de consumo, del éxito y del exhibicionismo que lamentablemente nos viene degradando.
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