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El gobierno ajustó el descuento en el IMESI de 40% a 32% sobre los combustibles en las compras con pagos electrónicos en el litoral. Seguramente sean casos de estudio algunas voces de actores políticos que pusieron el grito en el cielo. Fue muy interesante y despierta algunas esperanzas la respuesta desde la actual gestión del Ministerio de Economía.

Parecía que los precios se habían estabilizado en Argentina y correspondía hacer el ajuste, que está previsto que se haga periódicamente. Esta modificación llevó a que la diferencia por un tanque lleno de auto común fuera de menos de $400. Después se movió la cotización del dólar en Argentina y aumentó un poco la diferencia.

Vimos como muchos de aquellos que cuando hace un par de años la diferencia de precios con la Argentina afectaba muchísimo a la actividad económica y especialmente la comercial en Salto y todo el litoral estaban en silencio y mirando para el costado, salían a la palestra a señalar con el dedo y demandar algo de lo que ellos mismos nunca dieron.

Estamos de acuerdo en reclamar, pero por favor coherencia. Pero más que nada quiero centrar la columna en el cambio de actitud que tiene esta gestión. Destaco la escucha atenta y por tanto inmediata, la posibilidad de dialogar, con lo que ello implica. La posibilidad de modificar lo resuelto, que si bien existía desde que el primer gobierno del Frente Amplio implantó esta medida, como hacía tiempo no se revisaba, nos habíamos acostumbrado y pensábamos que era permanente, se vuelve al monitoreo y revisión periódica.

Este Gobierno demuestra que no solo escucha y entiende, sino que es abierto y receptivo a las demandas de la gente. Pero lo más importante, es que atiende un reclamo histórico ante situaciones de ese tipo de diferencia cambiaria. Debido a la diferencia de precios existentes en la frontera con Brasil, el gobierno planteó una serie de medidas que a pesar de ser limitadas y algunas de ellas en carácter experimental están orientadas a proteger la actividad económica de nuestro territorio y por tanto el trabajo de uruguayas y uruguayos.

Cinco medidas con las que se elimina la tasa mínima y reduce a 11% la tasa básica de IVA para las compras en comercios ubicados a menos de 20 km de la frontera; extiende el subsidio total para el arrendamiento de los pos para los pequeños comerciantes; exonera impuestos para la importación de algunos productos, creando un régimen especial para los minoristas que están a menos de 60 km de la frontera puedan importar productos de la canasta básica; reduce en un 75% los aportes patronales de los nuevos empleos creados en la zona fronteriza, entre otros para los rubros industria manufacturera, comercio, alojamientos, gastronómicos y de servicio y junto con esto aumentó la reducción del Imesi de 24% a 32%.

El Poder Legislativo está discutiendo las modificaciones que requieren de aprobación parlamentaria, o sea una ley.  Estimaban que esta medida podría tener un costo de 6 millones de dólares, pero que podría disminuir en función de cuanto afectaba a la actividad económica.  Aunque costara el máximo estimado, si revierte la caída de la actividad ya es muy importante.

La cantidad de locales vacíos ofrecidos en alquiler en Salto (seguramente pase en todo el litoral) nos da una pauta de cuantos comercios quedaron por el camino por la inacción del anterior gobierno. Se podrá decir que la situación fue distinta, que la diferencia de precios era mayor, es cierto; pero también es cierto que no hubo ni escucha ni receptividad ni mucho menos medidas que ayudaran a enfrentar de mejor forma la situación, que de por si era difícil de revertir.

De nuevo, lo del principio, hubo un cambio que se nota en otra sensibilidad y en otra receptividad para atender creativamente los problemas de los territorios, que son los problemas de la gente.  Despierta esperanzas.

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