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En un debate televisivo que mantuve esta semana un participante expresó a viva voz -y hasta emocionado- que el agua caliente termal era el “petróleo de los salteños” y consecuentemente lo condenó a ser un bien público y en especial de los ciudadanos de este departamento.

La afirmación va en línea con el Plebiscito sobre el Agua de 1992 que determinó que el agua subterránea era propiedad pública, reservada a su protección y uso. Por supuesto que ambos casos son distintos pero se encuentran entre sí para trabar el desarrollo con mitos y leyendas muy arraigadas en la población.

Así como es un eufemismo decir que las empresas públicas (ANTEL, UTE, ANCAP, BROU, BSE…) son de los uruguayos (sic) también es osado decir que el agua caliente termal es de los salteños, y por eso su administración, gestión y dividendos deben estar en manos del Estado y sus trabajadores corporativos en un caso y en la intendencia y sus funcionarios por otro. Un verso gigante en el que hay gente cree y defiende al pie de la letra. Los políticos y burócratas, también los trabajadores que tienen regímenes de trabajo muy convenientes y beneficiosos, ellos si son los verdaderos dueños de esas empresas y recursos que el resto de los mortales uruguayos, tienen empleos y salarios más rentables y asegurados frente al resto de la población, que paga tarifas e impuestos abusivos, que obtiene servicios inferiores, que los atienden como quieren, que son rehenes pasivos de malas administraciones de las que pagan los platos rotos… y después dicen que son los dueños de las empresas, ¿qué?

Pero bueno vayamos al punto, ¿qué se entiende precisamente por Termas del Dayman? Es un centro poblado bien circunscripto en la zona sur del departamento que linda con el Rio Dayman, posee dos perforaciones intrabasalticas que se transforman en centros termales, uno municipal y otro privado. Hay un parque termal concesionado a un privado. Hay una Terminal de Ómnibus publica y un parador de la IMS pero también gestionado por los privados. Tiene hoteles y viviendas con distintos servicios. Hay locales comerciales y gastronómicos, todos en manos de privados.

Concretamente la intendencia es dueña de unas hectáreas de tierra, de un pozo de agua caliente intrabasáltico, de un complejo de piscinas calientes y frías, una batería de baños y vestuarios para hombres y mujeres, da en concesión un centro destinado a la salud y el relax, también unos kioskos y paradores dentro del predio. Trabajan en el predio una pléyade de personas en la limpieza, mantenimiento, salvavidas y administración, todos empleados municipales. A este complejo termal se accede mediante el pago de una entrada. Se venden miles de ellas por año pero en la ecuación entre las entradas y los costos del complejo es deficitaria. Son mayores los gastos que los ingresos reales de los clientes, ya sean residentes o turistas. Es una cuestión relativa al costo de las entradas que son muy baratas. También tiene que ver la cantidad de gente que concurre al lugar, dependiendo de la situación económica del Uruguay, de la presencia de los argentinos y la dinámica de los salteños. Además está presente el costo elevado y la cantidad eventualmente excesiva del personal que trabaja en el complejo. Lo descripto es una realidad bastante acotada de lo que conocemos como “Termas del Daymán”. No veo la razón por la que el Complejo Termal sea necesariamente municipal, un privado perfectamente puede invertir en un re diseño del negocio termal, definir un producto atractivo, un negocio rentable, establecer las nuevas condiciones y prestaciones del complejo termal y por supuesto cobrar lo que correspondería a un centro turístico de calidad. Puede arrendar el predio y el uso del pozo termal, ¿Por qué no? ¿Cual es el problema?

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