La Cámara de Diputados aprobó la creación del Día del Apicultor, una celebración que, para el departamento de Salto, tiene un significado especialmente profundo. No es casual: Salto ha sido históricamente un territorio pionero en el desarrollo de la apicultura nacional, con figuras emblemáticas que marcaron un antes y un después en el trabajo con las abejas.

Entre ellas destaca Antonio Malaquina, cuyo legado continúa vigente más de un siglo después. La iniciativa aprobada en el Parlamento fue impulsada por su nieto, Luca Malaquina, y busca reconocer una tradición productiva que es parte de la identidad salteña, generadora de empleo, oportunidades y arraigo.

Desde su banca, el diputado Horacio de Brum acompañó el proyecto durante todo el proceso parlamentario, reafirmando el compromiso con un sector que combina producción, innovación y cuidado del ambiente. En la jornada de la votación, el diputado suplente Julio Franchi recordó la temprana vocación de Malaquina: “Capturaba enjambres a los ocho años y a los once —¡once años!— ya manejaba colmenas propias y comercializaba miel, iniciando una carrera autodidacta”, destacó.

Malaquina no solo fue un apasionado de las abejas, sino también un innovador decisivo. En 1902, introdujo en la producción local cajones estandarizados y reinas italianas, un salto técnico que transformó la apicultura uruguaya y abrió caminos para su modernización.

El nuevo Día del Apicultor, que se celebrará cada 13 de junio, coincide con la fecha de nacimiento de Antonio Malaquina en 1878. Más que un homenaje, es una invitación a continuar fortaleciendo un sector que aporta al desarrollo regional, abre mercados, agrega valor y proyecta la identidad de Salto como tierra de trabajo, innovación y miel de calidad.