Así como se observa en la foto registrada por LA PRENSA quedó la puerta del fondo de un comercio de la Zona Este en la madrugada de ayer; así la encontró su propietario cuando fue a abrir en la mañana. Se percató entonces de la falta de dinero y diversos objetos. Sobre el techo, había un cuchillo en su vaina y otros elementos también sustraídos. Pero lo sorprendente, y doloroso por supuesto, no es solo el hecho puntual de ayer, sino que se trata nada menos que de la cuarta vez que ingresan a robar a este lugar en lo que va del año, es decir, hay un promedio de un robo por mes.

Vale agregar que en esta oportunidad, no solo doblaron una puerta de metal sino que además los ladrones rompieron una reja y forzaron tres candados, que quedaron allí tirados en el suelo. En las ocasiones anteriores habían roto vidrios y otros materiales y siempre el propietario se ocupó de reforzar la seguridad, pero parece que nada detiene a la delincuencia. Porque además, se trata de una zona, a pocos metros de la intersección de las avenidas Batlle, Barbieri y Blandengues, donde este tipo de episodios (junto a rapiñas y demás) son moneda corriente y para comprobarlo basta leer la crónica policial diaria. De hecho, en la edición de ayer, este vespertino se hacía eco del reclamo de vecinos preocupados por la inseguridad.

En ocasiones anteriores de robos en este comercio, la Policía incluso recogió muestras de sangre que había quedado junto a los vidrios rotos. Pero nada fue suficiente para atrapar a los responsables. Ahora, en vistas de esos antecedentes, las esperanzas son escasas, pero, nunca deben perderse.