Actos, delitos y sentencias /
El camino de la justicia penal
-
Por Pedro Rodríguez
/
moviles@laprensa.com.uy
De la investigación a la formalización
Una vez reunidos los primeros elementos, la Fiscalía puede decidir formalizar la investigación. Esto no significa que la persona ya sea culpable, sino que el Estado considera que hay elementos de convicción suficientes para seguir adelante. En esta etapa, el juez puede imponer medidas cautelares: desde la prisión preventiva hasta medidas menos severas, como fijar domicilio, prohibición de salir del país o arresto domiciliario. El Dr. Opazo explica que la prisión preventiva debe ser siempre la última opción, y que el Código busca priorizar otras medidas, porque la privación de libertad es la más grave de todas.
El proceso abreviado: el camino más común
Según Opazo, la gran mayoría de los casos , “el 98% o más”, se resuelve por la vía del proceso abreviado. Esto ocurre cuando el acusado reconoce su responsabilidad y acuerda con la Fiscalía una pena reducida, dentro de los límites que marca la ley. “Es un acuerdo que evita llegar al juicio, ahorra tiempo y recursos, pero implica que la persona admite su culpa”, explica el abogado. El resto de los casos,menos del 2%, sigue su curso hasta el juicio oral y público, donde se presentan todas las pruebas ante un tribunal.
Cuando el caso llega a juicio
Si no hay acuerdo, el caso continúa hacia el juicio propiamente dicho. En esta instancia, la Fiscalía presenta su acusación formal, con todas las pruebas recolectadas: declaraciones, pericias, registros, audios, videos o documentos. La defensa, por su parte, tiene derecho a contestar la acusación y ofrecer sus propias pruebas. “El juicio es la etapa donde se busca la verdad definitiva. Allí no alcanza con sospechar; hay que probar con certeza”, explica Opazo. El abogado diferencia entre dos conceptos claves: “Para formalizar una investigación alcanza con suponer que hay un delito; para condenar, se necesita certeza”.
Intención, planificación y participación
Opazo aclara que la intención y la planificación son esenciales para determinar responsabilidades. Una persona puede planificar un delito, pero si no actúa, sus actos no son punibles. En cuanto a la participación, se distingue entre:
Autor: quien comete directamente el delito.
Coautor: quien colabora en la ejecución.
Cómplice: quien apoya de manera secundaria.
El coautor y el autor pueden recibir la misma pena, mientras que el cómplice obtiene una sanción menor.
La importancia de la prueba y el rol de la defensa
En todo el proceso, la prueba es clave. Tanto la Fiscalía como la defensa deben presentar sus evidencias de manera transparente y dentro de los plazos. “La defensa puede y debe aportar pruebas desde el primer momento”, resalta Opazo. “No se trata solo de esperar lo que diga la Fiscalía; el abogado debe actuar rápido y con firmeza, incluso en las primeras 24 horas de la detención”.
Si el acusado considera que es inocente, puede no aceptar un acuerdo y optar por defenderse en juicio, donde tendrá derecho a apelar si no está de acuerdo con la sentencia.
Un proceso complejo, pero con garantías
El Dr. Claudio Opazo resume que el sistema penal uruguayo es complejo, pero garantiza derechos tanto al Estado como al ciudadano: “El derecho penal parece sencillo desde afuera, pero no lo es. Detrás de cada caso hay un proceso técnico, con tiempos, pruebas, medidas y decisiones que deben respetar la ley y los derechos de todos”.
Así, detrás de cada noticia judicial hay un camino largo: desde la denuncia inicial, pasando por actos de preparación, tentativa, formalización y juicio, hasta la sentencia final.
Comentarios potenciados por CComment