Una usuaria del sistema público de salud , ASSE,  de apellido Rebollo, compartió su indignación tras vivir dos situaciones dolorosas en la emergencia del Hospital Regional de Salto. En diálogo con La Prensa, relató lo que le tocó atravesar tanto a su esposo como a su madre diabética en momentos críticos.

“El problema fue en marzo, cuando mi esposo fue con un fuerte dolor estomacal. Estuvo 23 horas esperando hasta que lo ingresaron a sala. Una locura”, expresó. “Y lo de mi madre fue esta semana. Con una herida en el pie, llegó a las nueve de la noche y recién fue atendida a las tres de la madrugada. No puede seguir pasando esto”.

La usuaria destacó que comprende que se trata de un hospital público, pero reclamó una atención más humana y respetuosa. “No es normal que haya gente esperando cinco, seis, diez horas para ser atendida, mientras adentro algunos funcionarios se pasean, salen a fumar o a comer”.

También cuestionó los tiempos de espera en la farmacia del hospital: “Uno puede esperar, pero no tanto. Hay personal que tiene vocación, que te trata bien, pero también hay otros que te atienden con desprecio, como si uno les pidiera un favor”.

“No somos ganado, somos personas. Necesitamos una salud pública que funcione y nos respete”, afirmó. Por eso, llamó a la comunidad a visibilizar estos problemas y exigir mejoras urgentes: “Hay que difundirlo. El Estado y las autoridades deben escuchar a quienes dependen de este sistema cada día”.