Hace más de 60 años, en 1958, Luis Batlle Berres advertía desde el diario Acción respecto a la ilegalidad e inconveniencias de que los obreros ocuparan los lugares de trabajo. Ho, cuando el tema sigue dramáticamente vigente, es oportuno reiterar la opinión del líder batllista:

En ciertos núcleos de dirigentes obreros se viene generalizando, en la lucha por sus reclamaciones, la idea de que es una medida conveniente para la defensa de sus exigencias, la posesión de los lugares donde trabajan, en la creencia de que por esos caminos de violencia serán atendidos en sus petitorios.

La verdad es que nuestra amplia legislación social, tuteladora del derecho de los trabajadores, hace totalmente innecesarios esos actos de violencia para que la justicia sea reconocida en aquellos actos que la reclaman y podría afirmarse que, cuando se busca sustituir las normas legales por el imperio de la violencia, las clases obreras están creando un clima que no es muy propicio a la defensa de sus legítimos intereses.

(...) Desde luego, existen quienes están alentando a los obreros en esa actitud, no sólo por razones ideológicas de apropiarse del capital, tal la posición del comunismo, sino también por razones políticas y propias del momento actual, en el deseo de provocar escándalo y eso es lo que mueve a los socialistas, a los anarquistas y los lleva a silenciar los hechos a los sectores nacionalistas, porque no quieren enemistarse con los obreros en estos momentos y esperan, además, que otras fuerzas económicas y sociales, frente al desorden, inculpen de los sucesos, aunque sin razón, al gobierno y se dispongan a apoyar a las fuerzas nacionalistas en la lucha electoral, en la necesidad de una reacción de las fuerzas de derecho como camino cierto para imponer el orden

22 de octubre de 1958 –Acción– “Por mal camino”. Reproducido en el libro Luis Batlle Berres, El Uruguay del Optimismo, del Dr. Julio Ma. Sanguinetti.