El Zoológico de La Plata (Argentina) busca cambiar su naturaleza y comenzó  con el traslado de una hembra de búfalo a una estancia  para convivir con otros de su especie;  la idea es transformarlo  en un centro de conservación de fauna con componentes educativos e interactivos. Es la tendencia mundial  que se expande a muchas ciudades e implica una mirada amigable con los animales fuera de las rejas y cerca -lo más posible-  de sus ambientes naturales.

En Uruguay, hace unos meses, cerró con toda pompa el zoológico de Paysandú por parte del propio intendente del departamento. Los pájaros fueron liberados al aire libre sanducero, otros animales trasladados a espacios más abiertos o santuarios en el exterior. Mientras tanto y con gran diferencia el intendente de Salto Andrés Lima ratificó la continuidad del zoo local como paseo tradicional para miles de salteños y turistas; la osa Eva se quedó, nacieron leones y  volvió el Dr. Curbelo a su viejo puesto. Todo sigue como estaba, desde siempre y a pesar de las protestas y reclamos de ambientalistas locales que pretenden al igual que en La Plata transformar el predio en un parque ecológico de flora autóctona.

Un dato no menor es el costo de mantenimiento del zoológico argentino, son casi $ 30 millones anuales que insume el mantenimiento del predio, gran parte destinada a toneladas de alimentos para la fauna. En pesos uruguayos actuales estamos hablando de  60 millones y a la cotización actual unos dos millones de dolares. A diferencia del caso salteño el acceso al Zoo cuesta una entrada de 50 pesos uruguayos, solo los menores de 7 y los jubilados entran gratis, según parece venden aproximadamente 180 mil entradas al año. No es solo una cuestión de moral con los animales, liberarlos de esa cárcel que significa su encierro cualesquieran que sean sus cuidados y alimentación puntuales. También es un tema de costos para considerar prioritarios a estos efectos. ¿Cuánto gasta el zoológico salteño? En alimentos, sanidad, personal, servicios básicos...millones de pesos mensuales. Y para peor el costo beneficio de la inversión no siempre es visible a simple vista: problemas en la limpieza del predio y eventualmente cuidado correcto de los animales encerrados con el agravante delpeligropotencial de ser receptaculo de infecciones y enfermedades.

Los ambientalistas y defensores de los derechos de los animales buscan otros paradigmas. Administrado por el municipio de La Plata, la nueva gestión intenta transformar el paseo en un “bioparque del siglo XXI”, en interacción con el bosque que bordea la capital bonaerense. Las autoridades ya tienen previsto el traslado de otros ejemplares. La búfala ya convive con una manada en un espacio libre de 300 hectáreas. “En los próximos meses derivaremos un ciervo “dama” que también irá a la Estación de Cría de Animales Silvestres (ECAS) que está en el parque Pereyra Iraola y dos lémures que serán trasladados al zoo de Batán, donde convivirán con ejemplares de su misma especie”, dijo el director del zoo platense, Diego Brutti.

“No se trata de una exageración humanitaria, sino de una señal de cómo las nuevas generaciones deben relacionarse con los animales", había dicho el intendente sanducero, Guillermo Caraballo, en la ceremonia que dio cierre definitivo al Zoológico Municipal de Paysandú.  El proceso de liberación comenzó en marzo con un conjunto de animales a un previo privado. Entonces, yacarés, tortugas, cuervos, cardenales y otra gran variedad de aves abandonaron el predio municipal hacia un sitio que se mantuvo en reserva. Por último  se le dio destino a ñandúes, pecarís,  nutrias, halcones, burros, ciervos y un número indeterminado de gansos, pavos, gallinas y conejos, entre otros animales. El zoológico de Paysandú ya había sido temporalmente cerrado en 2013, luego de la muerte por tuberculosis de uno de los monos. Posteriormente, se procedió al sacrificio de otro por posible contagio, y más tarde surgieron sospechas de que algunos monos podrían haber contagiado de tuberculosis a un funcionario.